Qué se yo, últimamente no tengo muchas palabras para decir o para expresar. No hay letras que pueda ordenar en algún adjetivo para describir algunos momentos. Me parece que empiezo a entender eso de que la vida se vive y punto. No se puede explicar, no se puede volver o novela o ensayo científico, simplemente se vive y nada más. Y del vivir al sentir creo que poca diferencia hay, porque los sentimientos como la vida no se pueden explicar.
Estoy un poco perdido con tantas emociones dentro mío que no puedo hacerlas explotar. Hay una angustia latente todo el tiempo en mi pecho y no se por qué pero no puedo hacerme saber que tarde o temprano la cura va a llegar. ¿Es que no te das cuenta que siento que camino solo? No necesito que me digas que no es así, necesito que me lo demuestres, que tengas esos famosos códigos que tanto defendí por mucho tiempo. Es que anoche tuve un sueño, de esos que quizás pasarían desapercibidos sino fuera por un detalle: Yo era niño en el sueño. Y mis papas me regalaban un auto de juguete, bastante grande por suerte, que me hacía muy muy feliz. Jugaba con ellos y con mi hermano como si nunca lo hubiese hecho o como si no tuviese otro juguete o no tuviese mucho tiempo para disfrutar del juego.
Bueno, en parte fue así. El sueño era un juego, uno muy hermoso y no había mucho tiempo para disfrutarlo porque tenía que despertar y no quedaba otra. Tenía que volver a esa horrenda sensación de sentirme solo, abandonado y olvidado. Especialmente por vos. Despertar era el final de ese juego, de ese sueño que no logro recordar si duró horas o solo unos segundos. Pero si me acuerdo de la felicidad que tenía, de lo hermoso que me parecía cuadro: Un simple nene que jugaba con su familia. ¿Será que hace mucho no juego? ¿Será que han jugado mucho conmigo? Tengo mis dudas si ambas preguntas no se responden con la misma respuesta.
miércoles, 30 de octubre de 2013
jueves, 24 de octubre de 2013
Odio como me hablas y tu forma de conducir.
Odio tu corte de cabello y lo que llegue a sentir.
Odio tus espantosas botas y que me conozcas bien.
Te odio hasta vomitar, que bien va a rimar
Odio que sepas pensar y que me hagas reír.
Odio que me hagas sufrir y odio que me hagas llorar.
Odio tanto estar solo que no hayas llamado aún,
Pero más odio que no te pueda odiar, aunque estés tan loca, ni siquiera un poco lo he de intentar.
Odio tu corte de cabello y lo que llegue a sentir.
Odio tus espantosas botas y que me conozcas bien.
Te odio hasta vomitar, que bien va a rimar
Odio que sepas pensar y que me hagas reír.
Odio que me hagas sufrir y odio que me hagas llorar.
Odio tanto estar solo que no hayas llamado aún,
Pero más odio que no te pueda odiar, aunque estés tan loca, ni siquiera un poco lo he de intentar.
Nunca más voy a soñarte
Odio necesitarte tanto en este momento, cuando parece que todo se acaba y todo se apaga. Odio tanto no poder decirte todo en la cara y alejarte definitivamente de mi vida. Es que pareciera que Dios te ha elegido para mi y no puedo hacer nada contra eso. Pero es que todo esto, en cierto punto, comenzó con vos, con tus palabras y tus hechos. Esas imágenes y esa sonrisa tímida que vuelven una y otra vez a mis recuerdos, como si quisieran decirme algo.
Cada paso que quiera dar con vos es sentir que tengo que volver a lo que era antes. No puedo sanar esa herida querida mía. Es casi inútil tratar de esquivar eso. Solo quisiera enfrentarte cara a cara y poder preguntarte: ¿Por qué? ¿Por qué fue así? ¿Por qué la verdad no pudo triunfar entre nosotros? Solo quería ser el que supiera todos tus secretos y terminé siendo víctima de estos. Tengo tantas ganas de odiarte pero me resulta imposible hacerlo. Tengo tantas ganas de tomarte con mis ganas y buscar en tu mirada una respuesta, decirte todo y marcharme lejos. Pero cada vez que lo intento solo logro morirme de ganas de besarte. Y caigo en la tentación de tus labios y en ese mar de pasión me pierdo. Y vuelvo a casa odiándome a mí por no haberlo logrado. Y vuelvo a empezar, una y otra vez con la esperanza de lograrlo, de hacerte sentir lo que sentí. Pero no puedo y me odio por eso.
Es que una parte de mi corazón también recuerda tus lágrimas, tus gritos desesperados pidiéndome perdón. ¿Pero es que quizás necesito que una vez más te pongas así? ¿Cómo puede ser que haya sido un detective buscando secretos de tus noches pasadas?
Ya me cansé de odiar, también de amar y más aún de perdonar. No puedo caminar más de esta manera, pero tampoco se cómo puedo cambiar. No se qué paso tengo que dar para poder estar bien de una vez por todas, y no es que intente ser un joven con tendencia suicida pero qué difícil se hace todo cuando no estas. O peor, cuando estas pero no.
Nunca voy a poder olvidar todo, nunca voy a poder olvidarme de mi mismo. De las caras, de las tímidas sonrisas, de las mentiras y esos besos que parecen falsos en el recuerdo del ayer. Nunca voy a imaginarme de nuevo así y nunca más voy a soñarte. Es que ya no quiero esperar nada de vos, ni de tus manos ni de tus acciones. No quiero ilusiones ni sueños compartidos. Sólo quiero intentar olvidarte aunque imposible es. Solo quiero, entonces, intentar sanar aunque ni una pregunta me hagas. Aunque parezca que solo por placer estas acá. Aunque ya me canse de escuchar que conmigo no quieres jugar aunque tus sentimientos parecen decir lo contrario.
Un corazón, hoy el mío, está ya derretido y herido en tus manos. No parece que pueda cambiar pero si sabe dónde está cómodo. Y aunque me duele en el alma es en tus brazos donde mejor suelo dormir. Es tu olor el mejor aroma para mí. Es tu sabor, en esos besos infinitos, el mejor manjar. Y es tu camino el que parece ahora ser también el mío.
Te odio...Porque no puedo odiarte.
miércoles, 2 de octubre de 2013
¿Cómo explicarte?
¿Cómo explicarte?
¿Cómo explicarte que siento que caminamos juntos y a la vez no? Que por momentos somos eternos compañeros y amigos de la vida, y por momentos dos desconocidos que nos cuesta terriblemente el hecho de poder aceptarnos, comprendernos, amarnos.
¿Cómo lograr explicarte? No tengo muy en claro si se puede, o ya me he cansado de querer llamar tu atención, buscando respuesta y palabras pero solo obtengo besos, que son de los más maravillosos que recibí en mi vida pero que no alcanzan, no se puede comprender así.
¿Por qué no lográs llegar a mi? ¿Por qué no logro llegar a vos? Parece que es tan difícil el camino entre los dos, ese cruce de rutas que nos haga cruzarnos. Parece que no existieran puentes entre nosotros donde pudiésemos concretarnos. Parece que nuestros sueños tampoco se cruzan, que nuestras realidades son bien diferentes, bien distanciadas por el tiempo transcurrido.
Es muy necesaria la sensación de querer arrancarte y trasladarte a mi vida. De buscarte o gritarte que vengas desesperadamente por mí, dejándolo todo sin pensar por qué. No me hagas pensar en otra, no me hagas distraer, no me hagas despejar. Haceme pensarte, haceme hablar, haceme contestar, sincerarme y sincerarnos. No es solo una cuestión de dejarnos ser. O peor no es solo una cuestión de dejarme ser.
No lo quiero, para nada, no es así. Hay cosas que entender, cosas que recordar para planificar, juntos o separados.
No se si tengo que gritar o cantarte, o salpicarte con cada una de mis lágrimas, no se si seguir dudando de todas tus palabras o empezar a dudar de las mías.
El momento culminante de esta película está por llegar, dentro de muy poquito. Mi corazón late cada con más fuerza como el de un niño cuando su héroe está perdiendo la pelea pero sabe, en el fondo, muy en el fondo, que el desenlace está por venir. Quiero que venga, cuánto antes. No hay paciencia que me calme esa vez. Necesito una respuesta, tal vez la más importante de todas.
Es un momento culminante, se cierra algo, comienza algo. Es momento.
¿Cómo explicarte que siento que caminamos juntos y a la vez no? Que por momentos somos eternos compañeros y amigos de la vida, y por momentos dos desconocidos que nos cuesta terriblemente el hecho de poder aceptarnos, comprendernos, amarnos.
¿Cómo lograr explicarte? No tengo muy en claro si se puede, o ya me he cansado de querer llamar tu atención, buscando respuesta y palabras pero solo obtengo besos, que son de los más maravillosos que recibí en mi vida pero que no alcanzan, no se puede comprender así.
¿Por qué no lográs llegar a mi? ¿Por qué no logro llegar a vos? Parece que es tan difícil el camino entre los dos, ese cruce de rutas que nos haga cruzarnos. Parece que no existieran puentes entre nosotros donde pudiésemos concretarnos. Parece que nuestros sueños tampoco se cruzan, que nuestras realidades son bien diferentes, bien distanciadas por el tiempo transcurrido.
Es muy necesaria la sensación de querer arrancarte y trasladarte a mi vida. De buscarte o gritarte que vengas desesperadamente por mí, dejándolo todo sin pensar por qué. No me hagas pensar en otra, no me hagas distraer, no me hagas despejar. Haceme pensarte, haceme hablar, haceme contestar, sincerarme y sincerarnos. No es solo una cuestión de dejarnos ser. O peor no es solo una cuestión de dejarme ser.
No lo quiero, para nada, no es así. Hay cosas que entender, cosas que recordar para planificar, juntos o separados.
No se si tengo que gritar o cantarte, o salpicarte con cada una de mis lágrimas, no se si seguir dudando de todas tus palabras o empezar a dudar de las mías.
El momento culminante de esta película está por llegar, dentro de muy poquito. Mi corazón late cada con más fuerza como el de un niño cuando su héroe está perdiendo la pelea pero sabe, en el fondo, muy en el fondo, que el desenlace está por venir. Quiero que venga, cuánto antes. No hay paciencia que me calme esa vez. Necesito una respuesta, tal vez la más importante de todas.
Es un momento culminante, se cierra algo, comienza algo. Es momento.
sábado, 28 de septiembre de 2013
Más que nunca
Hoy leí sobre persecución política en San Fernando y me puse a pensar en las veces que perseguimos nuestros propios sentimientos, cuando estos ya se fueron, se volaron y no vuelve. También me puse a pensar en todo lo contrario, en las veces que escapamos de nuestros sentimientos, en las veces que no nos queremos dar cuenta de las cosas y así estamos. Intentamos mirar para otro lado, excusarnos, tratar de inventar algún enojo o bronca para poder correr de ese amor que se vuelve inevitable.
Hoy pienso que te extraño más que nunca, y no es solo una frase bonita. Ya no puedo escaparme a eso, ya no puedo inventar alguna excusa que intente justificar mi actitud. No puedo imaginarme caminando solo estos días que se vuelven aburridos, quietos, oscuros...
¿Se puede correr? ¿Se puede escapar a los sentimientos? Después de tanto tiempo ya no puedo enterrarlo más, porque no encuentro manera y he tratado de mil maneras diferentes. Cada noche, cada espera en el desierto que es mi alma, he odiado de una manera increíble pero a la mañana siguiente como si una magia invisible invadiera mi cuerpo vuelvo a amar, a sonreir pensándote y me esperanzo en nosotros, en la vibración que supimos tener en nuestra piel en un recuerdo no tan lejano.
Una vez alguien me dijo que para poder ver algunos sentimientos en el mar de nuestro corazón, necesitamos enterrar otros. Y quizás es eso lo que me está faltando. ¡Qué increíble como algunas personas y recuerdos vuelven en momentos inesperados!
Todavía tengo que pedir perdón, sobre todo a ese ser que no logra llegar a la paz. Al alma más pura que he conocido, tengo que pedirme perdón a mi mismo y tampoco de eso tengo que escapar. Es que ya se que de los sentimientos no se puede escapar y tampoco sirve siempre perseguirlos. Hay que vivirlos, hay que aceptarlos, tenerlos, conservarlos, disfrutarlos y volverlos a vivir.
Te extraño y te amo más que nunca.
Hoy pienso que te extraño más que nunca, y no es solo una frase bonita. Ya no puedo escaparme a eso, ya no puedo inventar alguna excusa que intente justificar mi actitud. No puedo imaginarme caminando solo estos días que se vuelven aburridos, quietos, oscuros...
¿Se puede correr? ¿Se puede escapar a los sentimientos? Después de tanto tiempo ya no puedo enterrarlo más, porque no encuentro manera y he tratado de mil maneras diferentes. Cada noche, cada espera en el desierto que es mi alma, he odiado de una manera increíble pero a la mañana siguiente como si una magia invisible invadiera mi cuerpo vuelvo a amar, a sonreir pensándote y me esperanzo en nosotros, en la vibración que supimos tener en nuestra piel en un recuerdo no tan lejano.
Una vez alguien me dijo que para poder ver algunos sentimientos en el mar de nuestro corazón, necesitamos enterrar otros. Y quizás es eso lo que me está faltando. ¡Qué increíble como algunas personas y recuerdos vuelven en momentos inesperados!
Todavía tengo que pedir perdón, sobre todo a ese ser que no logra llegar a la paz. Al alma más pura que he conocido, tengo que pedirme perdón a mi mismo y tampoco de eso tengo que escapar. Es que ya se que de los sentimientos no se puede escapar y tampoco sirve siempre perseguirlos. Hay que vivirlos, hay que aceptarlos, tenerlos, conservarlos, disfrutarlos y volverlos a vivir.
Te extraño y te amo más que nunca.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Para otro yo
No me preguntes nada, haceme caso. Hace un tiempo que lo hago conmigo mismo y suele dar resultados aunque como todo procedimiento tiene sus fallas. Pero intentalo, no escribo por buscar respuestas o con cierto interés de parecer un poeta enamorado fracasado, sólo necesito una descarga,sentir que en algún lugar puede quedar expresado todo esto para que en algún momento lo lean o lo leas y de alguna manera, reconozco no la mejor, pueda llegar a vos.
Desde que entramos en la era de las comunicaciones pareciera que cada vez estamos menos comunicados y lo que parecen ser herramientas para comunicarnos no hacen más que distanciarnos y lastimarnos. No merecía eso, no merecía el desprecio y la indiferencia. Conozco y reconozco mis errores, los sufro día a día y me condenan y lastiman una y otra vez. Pero no creo que haya merecido algunas cosas: La sensación de soledad producto de un abandono, el odio o desprecio, la indiferencia, la crueldad de las palabras o los mensajes de texto. Pero ocurrieron mientras estaba ahí plantando en el camino, como si no pudiese avanzar. ¿Será que muchas veces la vida te empuja para que no te quedes quieto? Muchas veces va a ser los golpes y a los tumbos. A veces también la vida pareciera decirnos: "No te olvides que por ahí no está la cosa" Pero nosotros, equivocados en eso del amor,seguimos insistiendo como si nada.
Se que acompañé en cada paso que nos tocó dar y escuché, lloré, caminé, siempre al lado tuyo pero parece que no se puede, que no se debe, que está mal por más que haya durado. No lo queremos saber pareciera, o no nos queremos encontrar con la verdad. Y siento esas ganas enormes dentro mío de gritarte. ¡Te odio! pero no salen las palabras. O no llegan a donde estás.
¡Qué lástima!
¡Qué lástima y qué pena grande!
¡Que lástima que lastima! Porque nunca fue, nunca es y nunca será.
No me preguntes,haceme caso, no tiene sentido. Con algunos gestos sabemos lo que las palabras no pueden decirnos. Yo me di cuenta, y entierro todo en el corazón. Para otra vida, para otra persona, para otro Dios. Para otro yo.
Desde que entramos en la era de las comunicaciones pareciera que cada vez estamos menos comunicados y lo que parecen ser herramientas para comunicarnos no hacen más que distanciarnos y lastimarnos. No merecía eso, no merecía el desprecio y la indiferencia. Conozco y reconozco mis errores, los sufro día a día y me condenan y lastiman una y otra vez. Pero no creo que haya merecido algunas cosas: La sensación de soledad producto de un abandono, el odio o desprecio, la indiferencia, la crueldad de las palabras o los mensajes de texto. Pero ocurrieron mientras estaba ahí plantando en el camino, como si no pudiese avanzar. ¿Será que muchas veces la vida te empuja para que no te quedes quieto? Muchas veces va a ser los golpes y a los tumbos. A veces también la vida pareciera decirnos: "No te olvides que por ahí no está la cosa" Pero nosotros, equivocados en eso del amor,seguimos insistiendo como si nada.
Se que acompañé en cada paso que nos tocó dar y escuché, lloré, caminé, siempre al lado tuyo pero parece que no se puede, que no se debe, que está mal por más que haya durado. No lo queremos saber pareciera, o no nos queremos encontrar con la verdad. Y siento esas ganas enormes dentro mío de gritarte. ¡Te odio! pero no salen las palabras. O no llegan a donde estás.
¡Qué lástima!
¡Qué lástima y qué pena grande!
¡Que lástima que lastima! Porque nunca fue, nunca es y nunca será.
No me preguntes,haceme caso, no tiene sentido. Con algunos gestos sabemos lo que las palabras no pueden decirnos. Yo me di cuenta, y entierro todo en el corazón. Para otra vida, para otra persona, para otro Dios. Para otro yo.
lunes, 9 de septiembre de 2013
El vacío aquí al lado mío
¿En qué andarás mi amor? ¿Cómo serán tus días? ¿Y tus noches?
¿Cómo y dónde habrás visto la Luna anoche? ¿Cuántas veces sonreís por noche? ¿Y a la mañana? ¿Cómo te despertás?
Son largos mis días y eternas mis semanas que no puedo hacer otra cosa qué pensar en vos, en tu mirada y en tu pelo. Decir Te extraño pierde sentido entre tanto olvido y caminos distintos. Quisiera tenerte acá cerquita, al lado mío para poder decirnos todo. Que abunden los gritos si es necesario, que lloremos como nenes si también en necesario pero que podamos decirnos todo. Que haya un beso como el último o como el primero pero que pueda sentir tus labios una vez más es mi oración todas las noches.
¿Estarás pensando en mí cada noche al dormir? ¿Seré tu primer pensamiento del día como vos sos el mío? ¿Te afligirás cada día preguntándote "Por qué"?
Cada excusa que pienso para hablarte o buscarte es tan ilógica como innecesaria a esta altura pero no puedo evitar pensar cómo de alguna forma mágica todo se resuelve. Pero ya no se nada de tu vida ni vos de la mía o eso creo. ¿Preguntarás por mi? ¿Me buscarás por algún lado? ¿Ya tiraste todas las fotos? ¿Ya regalaste todos mis regalos? ¿Dónde andarás ahora? ¿Leerás esto en algún momento? ¿Te lo mostrará alguien?
Te extraño flaca, mucho. Y me pregunto todas las noches y cada mañana qué estarás haciendo. ¿Cuándo dejaste de llorar? ¿Tenés los recuerdos tan presentes como los tengo yo? Podría nombrarte tantos pero no se si es la intención, solo se que aquí al lado mío tengo un vacío enorme y ya no me interesa saber por qué hay un vacío sino cómo llenarlo. Pero imagino, pienso, creo, me ilusiono, que a vos te pasa lo mismo. Y por más vacío que haya o si ese vacío se llena, las heridas no se van. Y esas no sanan.
Odiar me di cuenta que no valía la pena, pensar tampoco. Recordar errores o buscar culpables, solo lleva a resentimiento y ninguno de los dos nació para eso.
Quizás ninguno nació para el otro. Ya llegará el tiempo de las respuestas. Seguro será así, siempre lo es.
¿Cómo y dónde habrás visto la Luna anoche? ¿Cuántas veces sonreís por noche? ¿Y a la mañana? ¿Cómo te despertás?
Son largos mis días y eternas mis semanas que no puedo hacer otra cosa qué pensar en vos, en tu mirada y en tu pelo. Decir Te extraño pierde sentido entre tanto olvido y caminos distintos. Quisiera tenerte acá cerquita, al lado mío para poder decirnos todo. Que abunden los gritos si es necesario, que lloremos como nenes si también en necesario pero que podamos decirnos todo. Que haya un beso como el último o como el primero pero que pueda sentir tus labios una vez más es mi oración todas las noches.
¿Estarás pensando en mí cada noche al dormir? ¿Seré tu primer pensamiento del día como vos sos el mío? ¿Te afligirás cada día preguntándote "Por qué"?
Cada excusa que pienso para hablarte o buscarte es tan ilógica como innecesaria a esta altura pero no puedo evitar pensar cómo de alguna forma mágica todo se resuelve. Pero ya no se nada de tu vida ni vos de la mía o eso creo. ¿Preguntarás por mi? ¿Me buscarás por algún lado? ¿Ya tiraste todas las fotos? ¿Ya regalaste todos mis regalos? ¿Dónde andarás ahora? ¿Leerás esto en algún momento? ¿Te lo mostrará alguien?
Te extraño flaca, mucho. Y me pregunto todas las noches y cada mañana qué estarás haciendo. ¿Cuándo dejaste de llorar? ¿Tenés los recuerdos tan presentes como los tengo yo? Podría nombrarte tantos pero no se si es la intención, solo se que aquí al lado mío tengo un vacío enorme y ya no me interesa saber por qué hay un vacío sino cómo llenarlo. Pero imagino, pienso, creo, me ilusiono, que a vos te pasa lo mismo. Y por más vacío que haya o si ese vacío se llena, las heridas no se van. Y esas no sanan.
Odiar me di cuenta que no valía la pena, pensar tampoco. Recordar errores o buscar culpables, solo lleva a resentimiento y ninguno de los dos nació para eso.
Quizás ninguno nació para el otro. Ya llegará el tiempo de las respuestas. Seguro será así, siempre lo es.
lunes, 15 de abril de 2013
Poema Libertad
No has sentido la brisa que inunda tu cara todas las mañanas.
No has sentido al sol que arde, que brilla radiante, tan seguro de sí mismo, sin enemigos, siempre brillando. No has sentido la lluvia que cae, golpea tu piel y recorre cada parte de tu cuerpo. No la has sentido trayendo la paz a tu ser.
No has sentido las hojas en tus manos, crujientes y verdes hermosas. No las has sentido, como tampoco has sentido la tierra, húmeda en tus manos para construir lo que quieras.
No has sentido la humedad, ni los gorriones ni a los grillos en Verano. No has sentido el perfume de ese jazmín del patio de atrás, ni tampoco has sentido esa música maravillosa que es su voz.
No has sentido ese beso eterno, no has sentido que el tiempo se pare porque otra persona te ha mirado. No has sentido, siquiera, el abrazo de la amistad o la caricia suave de la felicidad.
No has sentido la alegría de los niños ni los cuentos de los ancianos, tampoco has sentido el aroma del hogar.
Compañero mío, no has sentido la libertad.
No has sentido al sol que arde, que brilla radiante, tan seguro de sí mismo, sin enemigos, siempre brillando. No has sentido la lluvia que cae, golpea tu piel y recorre cada parte de tu cuerpo. No la has sentido trayendo la paz a tu ser.
No has sentido las hojas en tus manos, crujientes y verdes hermosas. No las has sentido, como tampoco has sentido la tierra, húmeda en tus manos para construir lo que quieras.
No has sentido la humedad, ni los gorriones ni a los grillos en Verano. No has sentido el perfume de ese jazmín del patio de atrás, ni tampoco has sentido esa música maravillosa que es su voz.
No has sentido ese beso eterno, no has sentido que el tiempo se pare porque otra persona te ha mirado. No has sentido, siquiera, el abrazo de la amistad o la caricia suave de la felicidad.
No has sentido la alegría de los niños ni los cuentos de los ancianos, tampoco has sentido el aroma del hogar.
Compañero mío, no has sentido la libertad.
lunes, 25 de febrero de 2013
Yo banco a la gente que..
Yo banco a la gente que sigue entrando a un lugar diciendo "Buenos días"
Yo banco a la gente que sube al colectivo y le dice al chofer: "Hola"
Yo banco a la gente que sigue ofreciéndole al comerciante un billete de dos pesos o alguna moneda para ayudar con el cambio.
Yo banco a la gente que sigue escribiendo cartas y las manda por correo.
Yo banco a la gente que usa pluma para escribir.
Yo banco a la gente que siempre está sonriendo
Yo banco a la gente que sigue yendo a la plaza, a tomar mate o a llevar a los chicos a jugar.
Yo banco a la gente que prefiere una noche de truco y charla antes que salir a bailar.
Yo banco a la gente que gusta del cine argentino.
Yo banco a la gente que sigue teniendo como tradición comprar el diario todos los domingos.
Yo banco a la gente que desayuna mate, merienda mate y se clava unos amargos a la noche.
Yo banco a la gente que escribe poemas.
Yo banco a la gente que llama por teléfono, y banco el doble si llama a la casa del otro.
Yo banco a la gente que sueña despierto.
Yo banco a la gente que compra CD´s originales.
Yo banco a la gente que paga el boleto de tren y no se hace el vivo.
Yo banco a la gente que revela fotos.
Yo banco a la gente que se reúne con su familia a comer un asado solamente porque si.
Yo banco a la gente que sigue haciendo "los mandados", con la bolsa de mandados, y al almacén del barrio.
Yo banco a la gente que le gusta entrar a una librería y estar horas y horas viendo libros.
Yo banco a la gente que envía flores y desayunos.
Yo banco a la gente que sigue creyendo que una bicicleta es diez veces mejor que una Play Station.
Yo banco a la gente que se anima y escribe un blog.
Yo banco a la gente que toca la guitarra y canta, y nunca le importa si entona o no, o si alguien está escuchando.
Yo banco a la gente que da abrazos porque si.
Yo banco a la gente que no sigue ninguna moda o que se corta el pelo sin importarle lo que digan los demás.
Yo banco a la gente que no es "normal", a los hombres que no les gusta el fútbol y a las mujeres que no siguen la novela de la tarde.
Yo banco a la gente que va al teatro.
Yo banco a la gente que usa reloj.
Yo banco a la gente que usa mayúsculas y sigue las reglas de ortografía.
Yo banco a la gente que cree en un mundo mejor.
Y banco a la gente que se detiene en su rutina y lee cosas como estas mientras esboza una sonrisa.
Yo banco a la gente que sube al colectivo y le dice al chofer: "Hola"
Yo banco a la gente que sigue ofreciéndole al comerciante un billete de dos pesos o alguna moneda para ayudar con el cambio.
Yo banco a la gente que sigue escribiendo cartas y las manda por correo.
Yo banco a la gente que usa pluma para escribir.
Yo banco a la gente que siempre está sonriendo
Yo banco a la gente que sigue yendo a la plaza, a tomar mate o a llevar a los chicos a jugar.
Yo banco a la gente que prefiere una noche de truco y charla antes que salir a bailar.
Yo banco a la gente que gusta del cine argentino.
Yo banco a la gente que sigue teniendo como tradición comprar el diario todos los domingos.
Yo banco a la gente que desayuna mate, merienda mate y se clava unos amargos a la noche.
Yo banco a la gente que escribe poemas.
Yo banco a la gente que llama por teléfono, y banco el doble si llama a la casa del otro.
Yo banco a la gente que sueña despierto.
Yo banco a la gente que compra CD´s originales.
Yo banco a la gente que paga el boleto de tren y no se hace el vivo.
Yo banco a la gente que revela fotos.
Yo banco a la gente que se reúne con su familia a comer un asado solamente porque si.
Yo banco a la gente que sigue haciendo "los mandados", con la bolsa de mandados, y al almacén del barrio.
Yo banco a la gente que le gusta entrar a una librería y estar horas y horas viendo libros.
Yo banco a la gente que envía flores y desayunos.
Yo banco a la gente que sigue creyendo que una bicicleta es diez veces mejor que una Play Station.
Yo banco a la gente que se anima y escribe un blog.
Yo banco a la gente que toca la guitarra y canta, y nunca le importa si entona o no, o si alguien está escuchando.
Yo banco a la gente que da abrazos porque si.
Yo banco a la gente que no sigue ninguna moda o que se corta el pelo sin importarle lo que digan los demás.
Yo banco a la gente que no es "normal", a los hombres que no les gusta el fútbol y a las mujeres que no siguen la novela de la tarde.
Yo banco a la gente que va al teatro.
Yo banco a la gente que usa reloj.
Yo banco a la gente que usa mayúsculas y sigue las reglas de ortografía.
Yo banco a la gente que cree en un mundo mejor.
Y banco a la gente que se detiene en su rutina y lee cosas como estas mientras esboza una sonrisa.
viernes, 22 de febrero de 2013
El profesor y sus alumnos
Un profesor se paró frente de su clase mientras tenía algunas cosas en su escritorio. Al dar comienzo a la clase, tomo un gran frasco de vidrio que estaba vacío y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Rompió su silencio preguntando a sus alumnos si el jarro estaba lleno. Sin excepción, todos los estudiantes asintieron.
El profesor después tomo una caja con canicas de cristal y las vertió entre las pelotas de golf que antes había puesto en el jarro. El profesor sacudió el jarro suavemente y las canicas escurrieron a los espacios que habían quedado entre las pelotas de golf. Nuevamente, el profesor preguntó a sus alumnos si el jarro estaba lleno. Los alumnos, sorprendidos, respondieron con un “sí” unánime.
El profesor tomó una pequeña caja de arena y la vertió dentro del jarro. Por supuesto, la arena lleno todo el espacio que quedaba en el jarro. Pregunto una vez más si el jarro estaba lleno. Los estudiantes respondieron en voz alta y al mismo
tiempo “sí”.
El profesor sacó después dos cervezas debajo de su escritorio y las vertió completamente dentro del jarro de vidrio llenando el espacio entre la arena. Los estudiantes rieron.
“Ahora”, dijo el profesor mientras la risa disminuía, “Quiero que piensen que este jarro representa su vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes – su familia, los hijos, la salud, los amigos y sus pasiones. Si lo perdieran todo y solo estas cosas importantes quedaran, su vida todavía estaría llena y plena. Las canicas representan las otras cosas que importan como su trabajo, su casa y su auto. La arena es todo lo demás, el resto.”
“Si ponen la arena primero dentro del jarro vacío”, continuó, “No habrá más espacio para las canicas o las pelotas de golf. Lo mismo pasa en su vida.”
“Si pasan todo su tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca van a tener espacio para las cosas que son realmente importantes.”
“Presten siempre atención a las cosas que son realmente importantes para ser felices. Pasen tiempo con sus hijos. Pasen tiempo con sus padres. Visiten a sus abuelos. Salgan a cenar con su esposa. Disfruten otra fiesta en familia. Siempre habrá tiempo después para limpiar la casa y cortar el césped.
“Siempre preocúpense de las Pelotas de golf primero - las cosas que realmente importan. Fijen sus prioridades. El resto es sólo arena.”
Una vez que el profesor había terminado, uno de los estudiantes levanto su mano y preguntó que representaba la cerveza. El profesor sonrió y dijo, “Que bueno que preguntaste. La cerveza solo muestra que no importa cuan llena de cosas parezca tu vida, siempre hay tiempo para compartir un par de cervezas con un amigo.”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)