miércoles, 28 de septiembre de 2016

Graffiti IV

Este ya no existe más. Existió alguna vez. Existió un tiempo. Se lo veía en una pared frente a una plaza, donde el sol lo golpeaba salvajemente todo el verano. No podía ser de otra manera que en Villa Gesell. Los turistas y los jóvenes no le prestaban mucha atención. Tampoco el temporal que se lo devoró sobre el terreno abandonado continuo. 
El viejo Ricardo, canillita eterno, de quien se dice lo ha visto todo, no gustaba demasiado de la frase:
Un poco de porro, rock ´n´roll y mucho de vos. 

martes, 27 de septiembre de 2016

Alguien hace tiempo

Hoy en los tiempos del enorme y profundo mar que es internet se puede encontrar de todo. Un poco de aquellos, un poco de esto, alguna pizca de recuerdos y esas cosas que van quedando olvidadas. Pinceladas del tiempo pasado cibernético, a la espera de algún arqueólogo de la web. 
Naufragando allí, se puede encontrar por ejemplo esto: 
El otro día me puse a pensar en todo lo que había pasado desde aquel 8 de enero y me di cuenta que cambiaste muchas cosas dentro mío. Me enseñaste tantas cosas… con vos aprendí a jugármela y disfrutar cada día como si fuese el ultimo, descubrí la importancia de la compañía, me ayudaste darme cuenta que mi familia es importante, que me necesitan como yo los necesito a ellos. Aprendí que dar es mucho mas gratificante que recibir, me ayudas a crecer, haces que me valore, me enseñas a ser yo misma, me haces sentir una mujer, me haces sentir viva.
También aprendimos muchas cosas juntos, como por ejemplo que hay que tener paciencia, que siempre vamos a tener dudas y lo importante es estar juntos, que los miedos nos paralizan y tenemos que pedirnos ayuda porque en definitivamente para eso estamos juntos, para ayudarnos. La inseguridad no nos sirve, por eso hay que superarla. Aprendimos a no dudar del otro, que cada uno tiene diferentes maneras de demostrar lo que siente y de amar, que el respeto es importante. Aprendimos muchas cosas pero nos quedan muchas mas por aprender, muchos miedos para superar, mucha inseguridad para afrontar, muchas dudas que sacarnos y aunque los dos sabíamos que no iba a ser fácil, que íbamos a tener muchas dificultades pero aun así elegimos estar juntos. Porque desde que estoy con vos todo es mucho mas fácil, porque siempre me alegras el día de una u otra forma, porque aunque peleemos, no aguantamos ni un día peleados, porque es evidente que te necesito, porque todo el mundo me dice que se me nota contenta y todo esto es gracias a vos.
Me haces sentir algo que hace mucho no sentía, esa felicidad de saber que hay alguien que piensa en mi, ese buen humor al levantarme sabiendo que te voy a ver o que voy a hablar con vos, ese sentimiento de necesidad por alguien que nunca había sentido.
Soy la mujer mas feliz del mundo.

¿Qué habrá sido de aquella niña?

Aviso

En una pared blanca, acompañada por un ombú que resiste al tiempo como la playa al avance del mar, alguien le dedicó a alguien unas palabras, quizás sabiendo que en algún momento del día, o en algún momento del futuro, se cruzaría con aquel pedido. 
La pared invitaba:
Si todavía deseas en el fondo de tu alma un poco de cariño,
si todavía te seduce que nos volvamos a conocer,
si todavía te nace preguntarme nuevamente mi nombre,
si todavía te excita comernos por primera vez,
si todavía te llaman las ganas de ver que pasa,
si todavía la duda despierta una vibración en tu vientre,
si todavía crees que estamos a tiempo,
si todavía piensas que en definitiva no hay tiempo,
si todavía sueñas conmigo de vez en cuando,
si todavía andas buscando con quién:
Deja un mensaje en mi teléfono. Uno que diga pasa por casa.
Y yo haré el resto. 

lunes, 26 de septiembre de 2016

Martina I

Martina no entendía de muchas cosas. Sabía cocinar un budín de vainilla único, sabía coleccionar tazas de té, tejer bufandas, escuchar a sus amigos y algunas cositas más. También se manejaba bien en su trabajo aunque todos los días pensaba que tenía un mundo por conocer. Algunos lugares del planisferios los conocía por sus viajes pero no conocía mucho de esos lugares. Martina conocía de los Beatles también y algunos detalles de escritores conocidos. Pero no mucho más. Martina era feliz así, humilde y sereno carácter, persona de voz suave y palabras elegidas siempre con precisión. Una amiga le decía siempre que en su simpleza estaba su belleza. Martina contestaba que mucho en eso no pensaba. La belleza es parte de las personas y a las personas no se las conoce nunca. Por lo tanto no se conoce la belleza jamás. Como tal no existe. Martina había pasado horas de tren debatiendo esa teoría, que más que teoría era sensación. 
- Los momentos lo hacen todo- le decía a cualquier que quisiera escuchar.
Martina tampoco tenía grandes problemas, quizás por su forma de ser o por su forma de usar palabras, o porque los problemas no gustaban de ella o por algún misterio. O porque iban a llegar todos juntos. 
Cuando se enfrentó por primera vez a la desilusión lo lamentó por el otro y lloró en silencio. Sin lágrima pero con el dolor vomitivo en el pecho. Cuando murió su padre se encerró tres días a fumar y escuchar Soul. Cuando la abandonaron, viajó. Y cuando la despidieron se compró una caja de chocolate que jamás probó. 
Así que ahí andaba Martina con el brazo tatuado y un vestido blanco cuando se enamoró. Dicen que no se puede detallar el momento pero ella se dio cuenta en seguida. Cuando vio la comisura de su boca mientras sonría. Ese fue el preciso instante. Martina no sabía de muchas cosas pero en ese segundo lo supo. 

domingo, 11 de septiembre de 2016

Cambio

Cambio una vida por volverte a cruzar,
por encontrarnos en el bosque,
enamorados de las alas,
encantados con la charla,
encendidos en la piel;
en silencio contemplarnos,
admirarnos y mostrarnos,
separarnos y volvernos a encontrar.

Cambio una vida por volverte a ver,
juntando flores en el inmenso verde,
besada por la brisa primavera,
esperando un caluroso octubre,
nostálgica y sensible, cálida y hermosa,
sin promesas, sin explicación,
cambio esta vida para que estés aquí.

domingo, 28 de agosto de 2016

"Ahora yo no sé si vas a poder leer esta carta, pero igual siento como una necesidad de decirte que yo contigo he sido más feliz de lo que en los libros dice que se puede."

Eduardo Galeano - La Canción de Nosotros. 

lunes, 22 de agosto de 2016

Pensando

Te estaba pensando otra vez. Como siempre te espero. Pensaba en los años y la música. Escuchaba un tema que se llama Las Cosas por su nombre. Me hace acordar a vos pero nunca lo escuchamos juntos. Será que al escucharla se me pintan imágenes en la frente: Luchas, esfuerzos, esas lágrimas juntos y los abrazos eternos, la caricia al alma, el aroma de tu pelo, conversaciones, frustraciones y deseos, el mate, el sudor de tu espalda, las meriendas en silencio, la playa en tu mirada, la piba tímida que conocí, la risa contagiosa, las películas nunca terminadas, la esperanza, la fortaleza, las ganas, una bocha de hockey, febrero en La Plata, un disco del flaco, helado derretido, café bien fuerte como desayuno, el truco, la primavera, el color azul, un plato inventado, la viola y Tracy Chapman. 
También reconozco que últimamente cualquier cosa me hace recordarte. Las nubes, el tren, un vaso de coca cola o un partido de Boca. Debo estar volviéndome loco. Ojala te pase lo mismo. No quisiera pensarme solo también en esto. Te extraña cada objeto sin valor de mi casa. Y sin embargo ahí está la madrugada otra vez. Y vuelvo a pensarte, en silencio en la soledad de los dos. Una falsa, por cierto. Pero a veces me tengo que mentir, sabrás y entenderás. 
Si te viera ahí, al final de la madrugada, saltaría sin dudarlo.

lunes, 25 de julio de 2016

Graffiti III

Este lo vi en una esquina de San Fernando, en un paredón de un descampado. Esos terrenos de pura maleza, abandono y desperdicio. De las mil dudas de los chicos de barrio que se preguntan ¿qué había antes acá? o ¿Harán algo nuevo aquí?
En la cal bajo febo reza condenando una frase: No se quiere lo difícil por desafío, se quiere porque no se puede. 

martes, 19 de julio de 2016

No se quiere lo que no se tiene porque sea un desafío, sino porque uno acostumbra a dejar una parte suya ahí. Pero el tema no es tener ni poseer ni querer ni nada que las canciones digan. 
Se trata de latir y acompañar, no hay nada más puro, simple, profundo, contemplativo, hermoso y peligroso. No se puede caer sino se saltó antes. 
En realidad todos los días me llevé desilusiones aunque hoy quiera gritar más fuerte, dentro mío claro, que me falló y todo eso. 
Deberíamos dejar un poco de lado las frases hechas y empezar a tomar más vino. 

Eso

Después de algunos días de intenso frío en cada uno de mis huesos y una soledad que golpea en los albores del alma, pude comprobar, espero perdones mi lentitud, que he llegado a comprenderte. He pensado en lo que solías pensar y me dispuse a respirar de la misma manera que hacías. El aroma de tu cabello en la brisa, la sensación de tu piel en mis manos y el sudor entre ambos. Son cosas que se vinieron a la mente como pedazos de la historia que nadie más contó. Algo que sabíamos y sospechábamos juntos aunque ya no hablábamos ni mateábamos.
Pero el frío y la soledad pueden ser buenos para eso. Para revolver en una olla de hierbas, gritos y un par de poemas baratos. Ahí pude comprenderte. Pude saborear como vos y otra vez te pido disculpas por haber tardado tanto. Lo que imaginaba como una noche con esos cabellos castaños llorando el abandono, lo que solo para mi podía ser eso, una triste hipótesis, ahora puedo decir es también parte de mi carne. Una parte desencantadora y tristemente seductora de mi alma que resopla en cada lamento por el minuto que no fue.
No son líneas de perdón sino de descargo. No son líneas de arrepentimiento sino de entendimiento. No son líneas de llamada sino de crecimiento.
Fueron años de silencio, de horizontes que parecían eternos, de no pensarte ni extrañarte. Fueron tiempos de alegrías, no voy a decir que no, y fueron tiempos de simpatía. Fueron buenos tiempos sin saber tu sombra, sin masticarte. Pero fueron y ahora esa triste melodía que tomaba por sorpresa tus lágrimas tienen un sentido diferente para mí. No me tocan como pájaros al viento ni como un Re Menor reiterado. Me tocan como el tiempo toca a las personas y las canas a los viejos. Como la abeja al polen y el sol a la primavera. No lo puedo evitar y por eso acá estoy.
Teneme en cuenta cuando leas esto y sabe que pude comprenderte al fin, que pude escuchar esa melodía y llorar en silencio. Todos lo hacemos una vez en la vida. Y no sientas lástima ni tristeza por este hombre encorvado de dedos temblorosos. Seguí con tu rutina pero si tenes algo de tiempo levanta una plegaria por mí, como en los viejos tiempos y volvé a amar de vuelta. Eso nos hace distintos.