lunes, 19 de febrero de 2018

Pesadilla

Hubo un momento en que se sucedieron todas las tragedias juntas, todos los llantos desconsoladores liberados en un mismo grito de angustia, todas las tormentas feroces contras las costas de todas las almas pobres solitarias. Se pensó en rezar en algún dios de esta u otra tierra, quizás todo un olimpo lleno de pedidos y súplicas. Fue toda la furia contra el suelo, ya rodeado y lleno de miserias y sangre coagulada. Llovió azufre, aceite hirviendo y las plagas del antiguo testamento, una tras otra, se fueron vomitando sobre la superficie como si un volcán las fuera lanzando en orden. 
Fue ese momento de terror el que todo el mundo estaba esperando. Tanta espera, tanto deseo al dolor y el morbo de golpear lo golpeado se hacía carne en un huracán de castigos enumerados por los ilusos que esperaban ser testigos de una mentira diagramada. 
El fuego quemó todo a su alrededor y los tornados rompieron todos cimientos. Un cuerpo que era un mundo ahora convertido en una nueva canción llena de tristeza. El cuerpo, quemado, golpeado, dolido, ahogado, machucado, roto, colgado, castigado, asqueado, allí estaba. El mundo era él. Él lo era todo. El todo era un instante en su mente. 
Y su mente era nada, nada flotando en la nada. Como si una existencia se resumiera a contemplar esa lista de catástrofes que se anotaban en la lista de la muerte. Una muerte lenta, agónica, irónicamente bella. 

jueves, 18 de enero de 2018

Vino

El cantor se sentó y bebió un sorbo. Pensó en Dionisio y le agradeció. En las manos y en los pies de los artesanos de la vid, los artífices del deseo más infinito en boca de una compañera. La deseó como no había deseado a nadie. La amó. Y bebió. Y cantó.
Y pensó en la buena cepa de una buena guitarra, de un buen compás bailando con su piel arrugada por el sol y la calle. Los pueblos y sus dolores, los callados y las oprimidas. Pensó en el camino, en la fiesta y en la noble bebida. Persépolis está cerca, la sangre de Cristo.
Y lo entendió.
Tantas veces había escuchado pero no había entendido. El arte y el trabajo, la dignidad y la esperanza. La lucha y la familia: Si el vino viene, viene la vida.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Hoy

Pienso en tí como el ciego
que piensa en el sol,
deseándote, buscándote,
soñando una caricia de verano en tus manos.
No quería encontrarte,
pero tú lo hiciste,
con tus consonantes de más
y el misterio de tu mirada.
No comprendo ninguna
explicación que nos haya juntado
pero ¡diablos!
si hasta un té me tomaría.
Sabe Dios que aquí estamos hoy
a veces cercanos, a veces no,
convenciéndonos el uno al otro,
llenos de fiebre y dolor,
pero sanando las margaritas
que ardieron y sangraron,
nos hicieron adultos
escribieron poemas
y algunas cartas,
dolieron
como si nunca
más fuesen a no doler.
Hasta el hoy
que nos encuentra
abraza y desnuda
llenos de alcohol
y ganas de fumar
tocando la guitarra
pobres acordes
desdibujados,
como vos
y quien escribe,
arruinados
vagos
todavía con alguna espina
pero juntos.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Hoy te extrañé

Hoy te extrañé,
lo hice y no llevaba
un día sin verte
ni respirarte.
Hoy te extrañé,
y eso que hace poco
anduve recorriendo
los rincones de tu cuerpo.
Hoy te extrañé,
a pesar de que
hablamos a la distancia
y nos dijimos te quiero.
Hoy te extrañe,
bailando en mis brazos,
mirando la nada,
llena de nervios y calma.
Hoy te extrañé,
soñaba mi almohada
los momentos en los que
tú sueñas sobre ella.
Hoy te extrañé,
porque escuché una canción
que me hizo recordarte
y pensarte y desearte.
Hoy te extrañé,
me salieron unos cuantos
versos de la nada
importantes solo si los lees.
Hoy te extrañé,
porque anduve un buen
rato solo con mi guitarra
y dije debo escribir.
Hoy te extrañé,
porque también pude pensar
que se me hacen largas
las horas cuando no andas en frente mío.

sábado, 14 de octubre de 2017

Carta a la ausencia

Estuve lidiando un poco con tu ausencia.
En realidad bastante.
Pero eso fue hace mucho.
Reapareciste en un sueño,
como una brisa que trajo un rato de tu aroma.
Anduve escuchando Las Pelotas
y todas las canciones me hacen acordar a vos.
Estoy bien, contento, completo.
Tengo amigos, cerveza y un par de flores.
Me salen bien varias cosas
y no me duele equivocarme.
Por eso tampoco me duele tu nombre,
ni tus canciones
o la risa tímida que tenías cuando
entrada la madrugada pedías mi guitarra.
Estas todos los días,
pero no te respiro ni un minuto.
Escribo estas líneas todos los días,
mañana puede haber una vocal nueva,
cabello de trigo y mirada perdida,
primavera golpea al río.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Dolores

No rías Dolores, que nos haces reir a todos.
Pero Dolores juega, baila, canta y siempre, pero siempre, está riendo. No importa si llueve, si el pronóstico miente o las noticias de los diarios llenas de sangre. Dolores dibuja sonrisas incluso en aquellos que no quieren sonreir.
¿Será su carcajada contagiosa? Se preguntan en el barrio
¿Será su el movimiento de su pelo danzando al compás de sus pómulos? Dice un borracho filosófico.
¿Será que se ríen más los hombres? Dice la chusma.
Y Dolores es risa, es pura risa inundando los caminos que atraviesa. No le hace honor a su nombre, no. Por lo menos en público. Y la gente se pregunta por qué. ¿Ocultará algo? dicen las vecinas otra vez.
Dolores ríe y hace reir. Dolores baila y hace bailar. Dolores juega y hace jugar.
Es un carnaval en sí misma. Es la vida en sí misma. No hay misterio más grande que su eterna sonrisa.
Yo la miro y pienso:
Es ella misma la metáfora de la vida que todos queremos.

viernes, 25 de agosto de 2017

Mi tierra

Mi tierra
hermosa y sacrificada,
una historia de amor
eterna en el firmamento.
Repleta de viejos amigos
de vino derramado
de noches de melancolía,
de puños reclamando justicia.
Mi tierra de madre
de lucha en el barrio,
de juguetes enamorados
dos soñando de la mano.
Explota en su dolor,
se esperanza en rebeldía
y reclama a sus hijos
que vuelvan otra vez.

jueves, 10 de agosto de 2017

Santiago

Desaparecer,
cuando se supone no se desaparece,
sin respuestas
con palos,
con golpes,
con excusas.
Desaparecer,
no saber,
no contestar,
llenarse de bronca,
gritar.
Y desesperarse
porque no aparece,
porque se callan la boca
porque se van a la mierda
porque siguen como si nada
porque habíamos dicho nunca más.
Y luchar,
porque no aparece,
porque se callan la boca,
porque se van a la mierda,
porque siguen como si nada,
porque habíamos dicho nunca más,
y porque volveremos a decirlo,
a gritarlo, a cantarlo,
a pintarlo.
Volveremos a vociferar
mientras miren para otro lado,
mientras sigan sin responder:
¿Dónde mierda está?

Se fueron

Cuando se fueron todos me llené de odio,
de una bronca inigualable que vomitaba palabras
y drogas y dolor y lágrimas y pudor.

Se fueron yendo de a poco,
todas las espaldas las vi desfilar
y me convertí en un manojo de resentimiento.

Abracé la soledad
y dejé de creer,
en la justicia,
en la paz,
en la igualdad,
en la ternura revolucionaria
y en los consejos de mi madre.

Se fueron y me fueron,
entonces me fui y no lloré,
me fui
y volví,
volví otra vez
y partí
sin rumbo ni destino
sin conciencia,
a la mente y los sueños
a mi mismo otra vez.

No había nadie
y llegué yo,
me saludé,
me perdoné,
me abracé,
evolucioné.

Y nací.

Alguien le dijo

Alguien la lastimó:
Le dijo que no podía confiar,
que solo debía recordar,
que no valía si era linda,
que se olvidara de olvidar,
le gritó que no mirara,
tampoco que amara,
le dijo que debía penar,
que solo pensara en su juego de te,
le dijo que no peleara por la justicia,
que no comprometa sus manos,
la obligó a sonreir por obligación,
a no mirar películas y viajar,
le dijo tantas cosas,
escritas todas en sus ojos,
y en sus manos frías como la nieve,
que no saben a veces como derretirse
cuando la piel se junta con la piel,
cuando el espacio cierra dos miradas,
dos mundos que se abrazan en la cama,
dos salvaciones que recogen lágrimas,
éstas que cantan lo que alguien le dijo,
que no podría saber nunca nada,
que no aprendería a tomar,
que odiara un espejo, una caricia,
una palabra seria y dos cejas amargas,
y la risa del humor sin sentido,
del rato compartido,
de la ilusiones por la utopía,
y el amor por el amor,
aunque ya no haya amor.