Yo voy sintiendo caminos, de los muchos que hay por recorrer, de los que pienso visitar. A pesar que la mayoría no conoceré, porque gracias a Dios tantos caminos tiene este mundo. Yo voy sintiendo caminos, los vivo, los sufro, los disfruto y los guardo en mi memoria. De todos guardo panorámicas que visitan mis sueños más tarde, cuando la preocupación del día ya no existe.
Yo voy sintiendo mis caminos, los buenos y los no buenos, siempre palpando la tierra, amándola, oliéndola cuando el rocío la moja por las noches. Yo voy cantándoles a mis caminos, mientras avanzo y avanzo caminando o corriendo, trotando o arrastrándome. Y voy soñando mi vida y sueño tu vida y la sueño juntos, y sueño ambos caminos.
Voy sintiendo el camino y siento las piedras que aparecen en todos los momentos, imposible saber cuando aparecerán pero lo importante es que lo hacen para saltarlas, correrlas o tropezarnos con ellas. Siento la brisa de cada camino que siempre es distinta, una de la otra y por eso aunque no tenga mis ojos puedo saber en que camino estoy. Me descalzo, a veces, para transitar mi camino, como un peregrino yendo a la vida. Descalzo camino por caminos procurando hacerlo por donde nadie camino antes. Yo ando descubriendo caminos porque solo así se puede vivir. Siempre se puede encontrar un nuevo camino, cada mañana mientras se asoma el sol uno puede decidir emprender un camino que casi nunca sabemos a donde nos lleva. ¡Qué difícil se nos hace dar el primer paso! Pero qué lindo es caminar y caminar, sin objetivo, solo a donde las manos del arquitecto del universo nos quieran llevar. Voy llevando caminos con la gente que conozco en cada parada de mi vida. Voy cantando caminos con acordes y melodías que aprendí en cada lesión de mi vida, y ya me imagino las melodías que vendrán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Acompaña mi camino