Ya no soporto las miradas, la tuya y la mia en el espejo. No soporto las miradas de costado, no soporto las miradas de juicio, aún de persona que ni conozco. ¿Qué pasa?
No creo en nada, nadie cree en mí, todo se desvanece, todo se vuelve borroso y nadie me escucha, pero nadie grita. Oscuridad, sangre, oscuridad, sangre, dolor...
¿Qué pasa? Ya no hay Dios, no hay dones, no hay nada por lo cual pelear o sentirme bien. No hay nadie, no hay vos, no hay tu tía. No quiero más, no hay más. ¿Qué pasa? ¿Por qué? No miren más, no busquen más.
No soporto la bronca, el resentimiento, la mentira, ¿Qué pasa? ¿Acaso tanto importé? Otrora rey, hoy desterrado. No lo soporto más, no quiero más, no deseo más, no busco más. No hay mundo, no hay sueños.
Me voy, me bajo del barco, ¿Es esa la solución? Me resguardo en el sentimiento de cagón, o quizás ya lo haya entregado todo. Me voy, y así será. No más dolor, no más perdón, no más miradas, no más caretas. No más yo.
¿Qué pasa? ¿Es el fin? No más Miércoles, ni Viernes y Domingos. No más yo. No más nada, no más voz.
¿Qué pasa? ¿Ya me voy? ¿Ni una ficha ni siquiera ahora? Nunca lo valió, menos ahora. No cambiará, el destino es así. ¿Qué pasa?
FIN