Me desgarra otra noche de insomnio,
te me vienes en la mente y el dolor,
porque se que en el fondo no hay,
no existe alguien más como vos
para saber lo que se siente:
saber que te come una angustia,
la mía hoy es pasajera
pero la tuya te estrujaba,
carraspeabas esperando de mi,
porque siempre veías lo mejor,
dios espero que todavía seas así,
mirando a los demás, escuchando,
cebando mate, pensando en inclusión;
mas es un acto de soberbia, otra vez,
¿por qué no cambiarías? si yo lo hice,
en esas noches llorabas esperando,
llorabas reclamando, enojada
y furiosa por el amor que se te iba,
se volaba y se cambiaba, lejos,
lo sabías, lo veías y lo sufriste;
entonces hoy te pienso otra vez
como tantas veces, reconozco, te pensé,
aferrada a la almohada, pensando quizás
en palabras, en olores, en promesas
para poder calmarte, para poder reconciliarte,
hasta que llegó el día que lo hiciste,
quedamos cada uno atrás del otro,
pero diciembre siempre hace temblar,
será por eso que te me vienes esta noche,
te veo en la playa aquellas mañanas,
sonriendo estás, en la arena y en la noche,
entonces te pienso charlando conmigo,
esas charlas de tantas horas y destinos,
te imagino y nos encontramos un rato,
unos minutos donde late todo,
pasó tanto tiempo que parece otra vida,
yo sin embargo te pienso en esta noche,
con el recuerdo de lo que fuiste,
de todas tus palabras llenas de gritos,
¿cómo puede ser que nunca haya llorado contigo?,
y me siento en la madrugada,
escucho la lluvia, la conciencia como espino
primer amor, agradezco haberte conocido.