miércoles, 19 de marzo de 2014

Vos

Hay muchas cosas, en los senderos caminados y cantados, que muchas veces tienen explicación o un sentido bien marcado. Pero también hay muchas cosas que no tienen explicación. Simplemente nacen o mueren en alguna tarde de olvido.
Sin mucha sed de buscar una explicación, arrojó mis pies al libre camino de la felicidad del día a día, después de bastantes semanas de dolor y bronca. Pienso, más allá de ser llamado depresivo o vaya uno a saber qué, en el momento dado en el cual hemos de pasar la roca. Es ese citado momento éste de ahora, el de pasar al nuevo día. Aunque hace bastante ya, dicho sea de paso, que la mayoría de las cosas me importan poco.
Por eso recuerdo esta noche aquella mañana en un bar de mi ciudad cuando nació esta idea de escribir este blog que no es otra cosa más que una pequeña parte o reflejo de mi historia personal de los últimos ¿Cuatro años? Y en ese tiempo todo cambió.
Pero no es la idea de este texto hablar sobre aquello. De hecho, creo haberlo dicho por aquellos días, poco me importa tener o no sentido en este mundo marcado por la construcción de supuestos sentidos que marcan los medios de comunicación. Es entonces la idea terminar de cerrar una buena etapa y un mal final que de una buena vez por todas es necesario explicar y gritar. Si quieren hablar que hablen y si quieren pensar que piensen. Si quieren vivir...eso sería ideal.
Por eso querida lectora mía, si estas ahí solo quiero agradecerte por haber sido tan fiel este tiempo, en mis ausencias y en mis momentos de constantes y largos textos con nada de sentido pero mucho corazón puesto sobre la mesa. Muchas gracias por estar tan atenta. Y muchas gracias por opinar mucho y hablar poco.
Te pido si en algún momento querés saber algo más (De eso que tanto hablaste y poco entendiste) no hay ningún problema. Sabes ubicarme porque de borrarme poco has hecho. Y si en cambio no querés hacerlo ya que preferís hablar como hasta ahora, olvidar varias cosas o dejarte llevar por esas influencias, tampoco hay problema. Hasta acá fue un enorme gusto y ahora se verá que se viene.

Sin mucha  necesidad de que esto haya tenido sentido y saludando afectuosamente a quien haya entendido, me despido hasta mi próximo arranque de aburrimiento.