miércoles, 28 de diciembre de 2016

El fondo de mi almohada

Se me escapa el sudor en las manos,
se recorren las grietas de mi piel,
el destino se hace vivo en tus ojos
y yo no puedo mirarte más.

Ahogo las penas en un vaso de silencio,
siento un calambre en las entrañas,
revivo pensando en lo dulce del olvido
floto con la esperanza en la cara.

No hay un instante de agonía en este cielo,
una mentira con piernas de gelatina
pero la gente baila y canta y se abraza y se hablan,
a eso le llaman un poco de paz.

Doy vueltas en la cama,
pensarte ya no es un castigo,
estas líneas son puro placer
hay una luz en el fondo de mi almohada.

No estas en ese pozo profundo,
hay miel y caramelo por todos lados,
un jazmín y un poco de cerveza,
una foto de cuando era un niño en brazos de madre.

En la almohada vuelvo a sudar,
hay un poco de calma alrededor,
se vienen los bellos tiempos por delante,
eso me trae un poco de nervios.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Hoy

Hoy te extrañe
Te extrañe un instante a la mañana,
un instante como el primer beso que diste,
como la primera recordada vez
que fundimos nuestros sexos en la sábana,
y me susurraste al oído una frase de rock and roll,
dios mío sabías que amaba ese detalle.
Fueron unos segundos de pensar en ti,
preguntarme si esa sonrisa estará intacta,
si se puede reemplazar el cariño
o escribir una poesía más bella
cuando se conoce a otra persona
y ese brillo despierta la duda si no estaré faltando a tu recuerdo.

A veces deseo que los instantes sean eternos,
como tu piel en mi piel
y tus labios pronunciando la canción
de la que nunca jamás nos vamos a ir
ni bebiendo ni gritando.
Deseo otro instante como aquellos,
aunque solo dure un instante,
que me sirva para dibujarte y así
pueda decirte una última vez
que nada jamás será como una mañana en tus piernas