Creí estar bien y creí que los demás estaban bien. Creí que vos estabas bien.
El sol comenzó a ocultarse y la noche cayó. Ya nada fue igual. Comencé a seducir a la soledad y la soledad se enamoró de mi. Comenzaron a caer, uno a uno se fueron yendo, se fueron las ganas y las personas. Perdí todo, dejé de ser lo que era. Nadie creyó en mi y nadie rió conmigo. Nadie quiso llorar y nadie quiso confiar. La oscuridad invadió todo, deje de emocionarme, dejé de salir, dejé de reir, dejé de intentar, dejé mi vida. Me abandoné a la infinita gana de no hacer absolutamente nada.
Perdí fuerza, coraje, voluntad, perdí personas. No gané, no gané nada. No tenía con quien ganar, con quien compartir el triunfo. Nadie llamó, ya nadie pregunta por mi.
Las tardes fueron eternas, las noches insufribles bailes con el insomnio. Lloré pero ya no tuve ganas, me mentí pero no funcionó. Quise pero no puede, intenté pero fracasé. Mi familia preguntó pero ignoré el llamado, mi carrera desapareció, mis sueños nunca estuvieron y Dios...
Caminé pero las rocas reemplazaron a las personas, y mi guía se fue. Mi luz se apagó, tu luz nunca estuvo, llevo las marcas de lo que fue y no lo que soñé. El camino son recuerdos, recuerdos de antes del verano. Sueños, pesadillas, cuchillos, tijeras, sangre.
Lágrimas y sudor.
Canción y dolor.
Perdón...
Levanté y creí ver luz, creí que salía, pero el tiempo jugó su carta. Soledad, tristeza, desesperación, gritos, paz. Recé, canté, jugué, crecí, maduré, caí. Aprendí.
Siento caminos, y siento la vida. Siento el dolor, siento extrañar, siento aprender, siento mentir, siento caer, siento sufrir, siento llorar, siento sentir.
Llegué, solo y triste final. Nadie para abrazar, nadie leerá. Perdido, romántico epílogo de lo que fue.
Legué.
Final.
Comienzo