miércoles, 8 de noviembre de 2017

Hoy

Pienso en tí como el ciego
que piensa en el sol,
deseándote, buscándote,
soñando una caricia de verano en tus manos.
No quería encontrarte,
pero tú lo hiciste,
con tus consonantes de más
y el misterio de tu mirada.
No comprendo ninguna
explicación que nos haya juntado
pero ¡diablos!
si hasta un té me tomaría.
Sabe Dios que aquí estamos hoy
a veces cercanos, a veces no,
convenciéndonos el uno al otro,
llenos de fiebre y dolor,
pero sanando las margaritas
que ardieron y sangraron,
nos hicieron adultos
escribieron poemas
y algunas cartas,
dolieron
como si nunca
más fuesen a no doler.
Hasta el hoy
que nos encuentra
abraza y desnuda
llenos de alcohol
y ganas de fumar
tocando la guitarra
pobres acordes
desdibujados,
como vos
y quien escribe,
arruinados
vagos
todavía con alguna espina
pero juntos.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Hoy te extrañé

Hoy te extrañé,
lo hice y no llevaba
un día sin verte
ni respirarte.
Hoy te extrañé,
y eso que hace poco
anduve recorriendo
los rincones de tu cuerpo.
Hoy te extrañé,
a pesar de que
hablamos a la distancia
y nos dijimos te quiero.
Hoy te extrañe,
bailando en mis brazos,
mirando la nada,
llena de nervios y calma.
Hoy te extrañé,
soñaba mi almohada
los momentos en los que
tú sueñas sobre ella.
Hoy te extrañé,
porque escuché una canción
que me hizo recordarte
y pensarte y desearte.
Hoy te extrañé,
me salieron unos cuantos
versos de la nada
importantes solo si los lees.
Hoy te extrañé,
porque anduve un buen
rato solo con mi guitarra
y dije debo escribir.
Hoy te extrañé,
porque también pude pensar
que se me hacen largas
las horas cuando no andas en frente mío.

sábado, 14 de octubre de 2017

Carta a la ausencia

Estuve lidiando un poco con tu ausencia.
En realidad bastante.
Pero eso fue hace mucho.
Reapareciste en un sueño,
como una brisa que trajo un rato de tu aroma.
Anduve escuchando Las Pelotas
y todas las canciones me hacen acordar a vos.
Estoy bien, contento, completo.
Tengo amigos, cerveza y un par de flores.
Me salen bien varias cosas
y no me duele equivocarme.
Por eso tampoco me duele tu nombre,
ni tus canciones
o la risa tímida que tenías cuando
entrada la madrugada pedías mi guitarra.
Estas todos los días,
pero no te respiro ni un minuto.
Escribo estas líneas todos los días,
mañana puede haber una vocal nueva,
cabello de trigo y mirada perdida,
primavera golpea al río.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Dolores

No rías Dolores, que nos haces reir a todos.
Pero Dolores juega, baila, canta y siempre, pero siempre, está riendo. No importa si llueve, si el pronóstico miente o las noticias de los diarios llenas de sangre. Dolores dibuja sonrisas incluso en aquellos que no quieren sonreir.
¿Será su carcajada contagiosa? Se preguntan en el barrio
¿Será su el movimiento de su pelo danzando al compás de sus pómulos? Dice un borracho filosófico.
¿Será que se ríen más los hombres? Dice la chusma.
Y Dolores es risa, es pura risa inundando los caminos que atraviesa. No le hace honor a su nombre, no. Por lo menos en público. Y la gente se pregunta por qué. ¿Ocultará algo? dicen las vecinas otra vez.
Dolores ríe y hace reir. Dolores baila y hace bailar. Dolores juega y hace jugar.
Es un carnaval en sí misma. Es la vida en sí misma. No hay misterio más grande que su eterna sonrisa.
Yo la miro y pienso:
Es ella misma la metáfora de la vida que todos queremos.

viernes, 25 de agosto de 2017

Mi tierra

Mi tierra
hermosa y sacrificada,
una historia de amor
eterna en el firmamento.
Repleta de viejos amigos
de vino derramado
de noches de melancolía,
de puños reclamando justicia.
Mi tierra de madre
de lucha en el barrio,
de juguetes enamorados
dos soñando de la mano.
Explota en su dolor,
se esperanza en rebeldía
y reclama a sus hijos
que vuelvan otra vez.

jueves, 10 de agosto de 2017

Santiago

Desaparecer,
cuando se supone no se desaparece,
sin respuestas
con palos,
con golpes,
con excusas.
Desaparecer,
no saber,
no contestar,
llenarse de bronca,
gritar.
Y desesperarse
porque no aparece,
porque se callan la boca
porque se van a la mierda
porque siguen como si nada
porque habíamos dicho nunca más.
Y luchar,
porque no aparece,
porque se callan la boca,
porque se van a la mierda,
porque siguen como si nada,
porque habíamos dicho nunca más,
y porque volveremos a decirlo,
a gritarlo, a cantarlo,
a pintarlo.
Volveremos a vociferar
mientras miren para otro lado,
mientras sigan sin responder:
¿Dónde mierda está?

Se fueron

Cuando se fueron todos me llené de odio,
de una bronca inigualable que vomitaba palabras
y drogas y dolor y lágrimas y pudor.

Se fueron yendo de a poco,
todas las espaldas las vi desfilar
y me convertí en un manojo de resentimiento.

Abracé la soledad
y dejé de creer,
en la justicia,
en la paz,
en la igualdad,
en la ternura revolucionaria
y en los consejos de mi madre.

Se fueron y me fueron,
entonces me fui y no lloré,
me fui
y volví,
volví otra vez
y partí
sin rumbo ni destino
sin conciencia,
a la mente y los sueños
a mi mismo otra vez.

No había nadie
y llegué yo,
me saludé,
me perdoné,
me abracé,
evolucioné.

Y nací.

Alguien le dijo

Alguien la lastimó:
Le dijo que no podía confiar,
que solo debía recordar,
que no valía si era linda,
que se olvidara de olvidar,
le gritó que no mirara,
tampoco que amara,
le dijo que debía penar,
que solo pensara en su juego de te,
le dijo que no peleara por la justicia,
que no comprometa sus manos,
la obligó a sonreir por obligación,
a no mirar películas y viajar,
le dijo tantas cosas,
escritas todas en sus ojos,
y en sus manos frías como la nieve,
que no saben a veces como derretirse
cuando la piel se junta con la piel,
cuando el espacio cierra dos miradas,
dos mundos que se abrazan en la cama,
dos salvaciones que recogen lágrimas,
éstas que cantan lo que alguien le dijo,
que no podría saber nunca nada,
que no aprendería a tomar,
que odiara un espejo, una caricia,
una palabra seria y dos cejas amargas,
y la risa del humor sin sentido,
del rato compartido,
de la ilusiones por la utopía,
y el amor por el amor,
aunque ya no haya amor.

domingo, 30 de julio de 2017

24 de julio

El viento y el invierno piden un tiempo,
se hacen amigos y los observan,
se están matando en la cama,
se están atornillando en la piel.
Julio los envidia en el afuera, pero ni él ni ella se quieren despegar.
¿Podemos alejarnos de nuestra lucha por un rato?
Hacer el amor es nuestra revolución
Se van a tatuar ese momento para siempre,
sus retinas soldarán la mirada en el sudor.
Se odiarán con el tiempo, se extrañarán,
se olvidarán de los olores del otro,
quizás nunca de ese instante fugaz,
único
atemporal.
No somos de nadie, sino de momentos
le dice ella al oído.
Él no puede más que sonreir,
todavía tiene mil errores que cometer.
Van a llorar
y van a volver a compartir las sábanas,
el mate y el barrio.
Otra vez llorarán,
y lloverán,
los injustos,
los opresores,
los destructores,
los inmorales,
los tibios.
Y se irán separados por la lluvia,
sin bombones ni palabras al oído.
Se irán las canciones descuartizadas,
los budines,
las manos llenas de ternura,
los puños llenos de convicción.
Desaparecerán,
trasformarán,
convergirán,
lamentarán.
Volverán a caminar las calles
que nada igual tendrán
mas ahí mismo seguirán
esas caras y esas ollas vacías.
Seguirá ahí el pueblo, el mural,
las esperanza arruinada
la energía arrebatada y
la compañía del codo a codo.
Con el tiempo dibujarán
y reinventados estarán
en la calle ya saben
sus miradas no encuentran más.
Corazones rotos, manos atadas
la lucha llamará otra vez
en veredas opuestas quizás
perdidos en la memoria.
Pero siempre serán
lo que fueron aquella vez,
dos almas fundidas
en el instante compartido:
Recuerdo acalambrado
un te quiero sonrojado
hasta siempre,
Hasta la victoria.

miércoles, 19 de julio de 2017

II

Frío
Frío en la habitación.
Silencio en el corazón,
una melodía triste, 
una risa callada,
dos miradas cruzadas.
Preguntan por la justicia,
se responden en las mejillas,
se buscan,
acarician sus lágrimas,
sanan en cercanía,
callan. 
Besan, se besan,
acumulan sudor,
lavan sus pieles,
debaten sobre el rencor,
la educación y la mujer,
dialogan, se escuchan,
se admiran.
Es ahora,
se duerme la helada,
despiertan acalorados,
en el espacio entre sus alientos,
viven y respiran,
mañana lo harán otra vez.

domingo, 2 de julio de 2017

I

La brisa invita a la calma,
el silencio acopla la soledad.
Se vuela el misterio de la lágrima
viene bajando y besa su mejilla.
Dime chinita cabello de trigo:
¿Por qué no has sido feliz hoy?

jueves, 15 de junio de 2017

Eran ellos

Eran los dos y el sudor en sus miradas.
Se miraba y se amaban. Se deseaban en secreto pero ambos ya sospechaban.
Desnudos en la cama solo se miraban. 
Volvían a desnudarse para desarmarse, para estrujarse sobre las sábanas y los gemidos de ella. 
Él se aguantaba las ganas de explotar, el momento las ganas de terminarse. 
Y se atornillaban en el cuerpo que tenían enfrente para apaciguar los meses que habían pasado.
Se movían.
Chillaban.
Y se abrazaban.
Después se callaron. Se admiraron en secreto. Se durmieron, se despertaron, se besaron. 
Se volvieron a comer.
Se hicieron salvajes.
Se abrazaron.
Y todo giraba a su alrededor. 

sábado, 3 de junio de 2017

Graffiti XV

Cuentan en el pueblo que el viejo Rafael tuvo una vida llena de aventuras y amargura. Porque anécdotas siempre terminaban con una pequeña mueca en su cara, un gesto de nostalgia con la mirada perdida en el horizonte. Cuentan que de vez en cuando decía un nombre en el medio de sus relatos autobiográficos. Una mujer, quizás de su misma edad, a la que solía nombrar de diferentes maneras pero siempre  describía igual: Mirada profunda, pelos al viento, temperamento de huracán, convicciones de hierro. 
Nadie entendía qué significaba eso pero así lo relataba él. Nadie sabía sobre aquella misteriosa mujer que aparecía en los relatos de este viejo testarudo. Nadie tampoco sabía si la mujer incluso había existido de verdad. 
Lo que sí se sabía es que nunca se había marchado de ese pueblo, que su ropa cada vez estaba más sucia y que sus últimos días los pasó con más amargura y enojo que nunca. Y también se sabía, porque todo los pueblerinos lo sabían, que pasaba algunas tardes dando vuelta por las cuadras buscando algún hueco en la pared para dejar alguna frase con una tinta vieja. 
Los niños del pueblo sabían esas frases de memoria. En especial una que apareció en una pared en la terminal. Inmortal, decía:
Tanta bronca da no poder viajar hacia atrás. 

sábado, 27 de mayo de 2017

Graffiti XIV

En el partido de San Fernando hay una línea de colectivo local. Es de esas que solo transitan las calles de una ciudad, con choferes que saludan a todo el mundo y que a veces dejan a los pasajeros en la esquina que lo soliciten. Algunas mañanas el ritmo del 710 es lento, vago, como si invitara a disfrutar de los adoquines de la calle Belgrano en un viaje a la nostalgia y al barrio. 
Yo viajaba en uno esa mañana de julio. Iba sentado en los asientos del fondo, pensando en la nada prestando atención a todo. Incluso a lo que nunca prestaba. En una casa abandonada, que alguna vez lució frente blanco y ventanas con rejas azules, las letras decían:
Despiértenme cuando el invierno se calle la boca. 

miércoles, 24 de mayo de 2017

El día de la Marmota I

Estos días en donde todo el mundo come palta y sube fotos a instagram, donde parece que la cerveza artesanal se consume como nunca y las zapatillas que antes eran las más raras hoy son el último grito de la moda, pienso en escribir una de las frases más bonitas que pueda escribir. Pero pienso que más fácil sería subir a la nube una de Mario Benedetti o Eduardo Galeano, que hoy se cruzan con letras de Bucay, Rolón y canciones de las pastillas del abuelo. 
Son estos días donde todo parece que es lo mismo a todo. Las caras se multiplican como sin rostro en las calles, inundadas por la lluvia y el otoño, escala de grises moviéndose por las veredas. Suena la misma música hace años y cuando vuelve una vieja banda de rock se ponen de la cabeza por esos temas que no escuchan nunca en sus casas. 
Son esos días que la poesía no tiene sentido, que las artes se ausentan del show de la televisión y los moralistas abundan por doquier pensando en qué andará haciendo tal o tal. Días que dan ganas de cargar la mochila y viajar por los continentes aunque todos hagan lo mismo. 
Se repiten los días y se caen las semanas. Los meses pasan en cámara lenta. Y acá estamos, viviendo el día de la marmota sin darnos cuenta. 

martes, 16 de mayo de 2017

Florece un despertar en pleno otoño,
parece una ironía del universo,
lleno de hojas secas y hierba quemada,
el día se despide de la noche,
y miro para el frente buscando el destino
que se alza tras la montaña llamada mañana.
El viento sopla con certeza,
hace crujir algunas ramas
y clama en la tarde naranja
¿por qué se te ocurre volver a buscarme?

sábado, 6 de mayo de 2017

Yo I

Llegué al mundo una tarde de jueves. Era 1989, el mundo todavía hablaba de cortina de hierro y se moría la década con la música y cultura más referenciada de todos los tiempos. Quizás por eso mi generación se sintió la última especial. 
Nací en mayo, el día cuatro. Años más tarde descubriría que ese día se dedica a Star Wars, cabecera de una lista especial con las películas más amadas y vistas en todos estos años. ¿Casualidad? Seguramente. Pero no dejo de mencionarlo nunca. También es una haber nacido en mayo, como el de 1810 o como el francés. Mayo es mes de otoño, de hojas que se caen, de colores opacos, de cierta melancolía que flota en el aire. Podría ser una descripción mía sin dudas. Pero no toda melancolía es tristeza. También la hay con una sonrisa, con la satisfacción de haber vivido algo. ¿Será por eso que tiendo a escribirlo todo?
Para los creyentes en horóscopos mi personalidad va de la mano con la de los Tauro, el toro que según la mitología griega no era más que Zeus intentando seducir a la princesa Europa y que da nombre a la constelación.  A mí mucho no me importa. Me han dicho obstinado y cabeza dura. Yo prefiero llamarme Bielsista: Muero siempre en la mía. Para un amigo amante de la astronomía el sol ahora brilla un poco después en esta constelación por lo que no debería ser de este signo. Sea como sea, creyente o no, en la constelación de los tercos brilla una de las estrellas más espectaculares del firmamento: Aldebarán. Algo debe significar. 
Mayo también ha sido el recuerdo siempre de la infancia. Y claro, infancia es patria. Ahí, como aguas danzantes, está la bicicleta de chico, el ovejero alemán llamado Duque y la imagen de mi abuelo leyendo el diario mientras nosotros jugábamos por ahí, en el viejo patio inventando aventuras cruciales y fugaces. Hoy esa danza de aguas, la patria, es el empedrado de mi barrio, los debates en mi casa, los mates bien amargos y las milanesas de mi madre. 

sábado, 29 de abril de 2017

Me llama a coquetear desde la ventana.
Me invita una cerveza porque quiere,
se sabe seductora irresistible,
conozco mis debilidades y ella es una.
Me atrapa que me quiera pero no,
que me hable pero luego calle,
Me desespera que no siempre me mire,
que me busque pero luego se pierda,

Me detengo y pienso en sus manos,
también en su piel y en su forma de amar,
conocer a alguien nunca es fácil,
con ella el sabor se siente distinto.

sábado, 22 de abril de 2017

Nosotros

Yo soñaba con un gol de Maradona. Con la alegría del pueblo en las calles, el carnaval durante todo el año, mis manos en una cintura. Soñaba que gritábamos y saltábamos, alegres como niños con un juguete nuevo. Estábamos todos juntos, sin diferencias una vez más, emocionados por coincidir en la vida, acaso el mayor regalo de los dioses. 
Yo soñaba que éramos, que reinaba el verdadero ubuntu. Así de la mano parecíamos la mejor balada de rock, fuerte con los mejores solos de guitarra. Yo soñaba con esa fiesta porque recordaba que había sido así. Que no había sido un invento ni una utopía. Yo lo soñaba porque podíamos. Lo hacía y reía, también se me caía una lágrima. La nostalgia del carnaval, me decía, es la peor. 
Yo sabía lo que soñaba. Y lo sabíamos juntos, ellas y ellos. No había de esos rencores ni tampoco las necesidades de perdones. Incluso parecía que no hablábamos de casi nada, solo disfrutábamos, solo trabajábamos. Solo hacíamos lo que teníamos que hacer, lo que estábamos llamados a hacer, lo que nos había reunido: Lo que nos hermanaba. 
Yo soñaba y lo decía. Y también lo cantaba porque era mejor que discutirlo. Lo planeábamos pero no sabíamos como construirlo, como se hacía para volverlo una realidad. Yo nos soñaba todos juntos, otra vez. 

A ella

Te extraño porque es lo que siento
Te extraño porque también estoy caminando
Te extraño porque tu recuerdo sopla en mi frente
Te extraño porque ando con ganas
Te extraño porque tú no me extrañas
Te extraño porque sería extraño no hacerlo

Te extraño porque las hojas caen en otoño
Te extraño porque se viene la soledad del invierno
Te extraño cuando sé que renace la primavera

Te extraño porque es una locura
Te extraño porque me estoy acostumbrando
Te extraño porque no sirvo para otra cosa
Te extraño porque te quiero
Te extraño porque ya voy sabiendo
que no entiendo lo cotidiano sino es extrañando.

viernes, 21 de abril de 2017

Graffiti XII

Yo venía en un colectivo de noche con doña Marta, una señora de mejillas rosadas que siempre andaba con varios ponchos encima. Ella hablaba de un nieto en Francia. Yo miraba por la ventana porque ya sabía la historia. Cerca de un cementerio lo vi. Lucía la novedad de estar recién pintado. Se me grabó en la mente y en las ganas de haber querido escribir algo así para ella:
Si algún día andas con el deseo de encontrarnos nuevamente, no te olvides que siempre tengo ganas de ser tu amigo. 

martes, 18 de abril de 2017

Graffiti XI

Volvía con la luna como compañía y un leve neblina de invierno en el horizonte. De no ser por la poca visibilidad que tenía delante mía quizás no lo hubiese visto. Solo se podían ver las paredes de las casas a mi derecha. La calle invitaba a un silencio del alma. 
Ahí, pequeño, en una casa que todavía reclamaba ser alquilada o vendida o liquidada, unas letras captaron mi atención:
Tengo atravesada una espina llena de excusas en el corazón.

domingo, 16 de abril de 2017

Te llueven las ganas de salir corriendo y decirle cada palabra linda que venga a tu cabeza. Es bueno pensarlo, mejor desearlo pero nada como hacerlo. No dudes más, no decidirte sería un pecado imperdonable para tu propia alma en el futuro. Si tenés que beber más vino para retener el valor que sentís que se te escurre en los dedos hacelo. No pienses más y hacelo de una vez.
Corré y sentí el viento. Gritale tus ganas. Ya no deberías estar callado porque la vida te invita a gozarla. 

martes, 28 de marzo de 2017

No decir y no entender

- Mira Ludmila, si te vas a dejar comer siempre por las sombras ya te volves responsable. Estamos hechos de sueños, no solo de olor a bosta.
Pero para ella había cosas que tenías sentido. Las frases que escuchaba de Rodrigo menos que menos. Él no la entendía pero tampoco sabía. No sabía porque ella no decía.
Crecieron juntos pero se alejaron demasiado.
Un día se volvieron a mirar y no se reconocieron.
No decir había sido muy caro, aunque quizás no lo lamentara. No entender era un pecado terrible que no merecía intento de solución.
A esa altura solo se encontraban en la piel pero no en el sudor.
La última vez que cenaron juntos hablaron de cosas menores sin cruzar sus miradas ni una vez.
Ya era tarde.
Estaba todo liquidado.
Si hubieran dicho y entendido...Si solo se hubiese animado.
Ahora venía el tiempo del olvido.

domingo, 26 de marzo de 2017

Graffiti X

José me lo enseñó una vez. Yo lo vi y me inundé de amargura. 
Cada uno lo leía y pensaba lo que quería.
Algunos pensaban los nombres de los involucrados.
Otros pensaban en un desenlace trágico. Yo era uno de ellos.
Pero otros imaginaban un final feliz: Dos enamorados reencontrados en la vida. 
Alguien había dicho que la historia no era cierta.
Lo cierto es que había muchas historias, pero solo unas pocas palabras. Y permanecían intactas ahí, cerca de la entrada al bosque, donde el viento de Miramar se hace más fuerte que nunca. Un lugar separado pero perfecto. 
Las palabras se lamentaban en el frente blanco de una casa abandonada:
No extraño tanto tus besos, sino tus mates.

Graffiti IX

Las palabras, dice un viejo sentado en la esquina de su casa, valen oro porque su poder es infinito. El viejo fuma de su pipa y continúa: Cada palabra que dice merece el respeto de quienes leen y de quienes se dejan enamorar. 
Debe ser por eso que en el barrio se respeta las palabras que se graban sobre la pared, con los aerosoles en las manos de los pibes nacidos en las calles. A veces denuncian, a veces lamentan. A veces se quejan, a veces divierten. 
Siempre hacen arte.
Entre los carteles en la pared que se respetan pasen lo que pasen, uno parece perdido de otro tiempo. Extraviado a una cuadra del potrero:
Algún día se acordarán que aquí estamos.

viernes, 24 de marzo de 2017

Graffiti VIII

Parece nuevo. Como escribo ayer mismo y todavía secándose en la blanca pared. Es uno de esos paredones que separa el descampado de la vereda. Algún vidrio para que nadie cruce. Y una invitación a una mujer que, lo más probable, nunca vea esas palabras. Quizás porque ni le interese. Dicen las letras:
No encuentro manera de llamar tu atención. No encuentro manera de que mires hacía mis ojos. Pero cuando quieras, te invito una cerveza. 

martes, 7 de marzo de 2017

El árbol

A veces pienso que debería partir hacia el árbol más lejano de la tierra. En alguna pradera vírgen, si todavía existen. Donde el viento no trae sonidos y el eco en la mente es un cruel compañero de la soledad. 
Allí, en la corteza de éste árbol que imagino grande, de antaño y sabio, escribiría:
"Tengo que agradecerte porque mis mejores palabras salen en estos tiempos"

sábado, 4 de marzo de 2017

La señal

Pinto la agonía de la tarde,
desespero mirando los cielos,
busco el logo de Batman
o una luz de color violeta.
Quizás un grito perdido,
un eco conocido a lo lejos,
algo que me suene familiar
y me haga arrancar hacia allá.
Una llamada perdida,
una foto en un cajón,
un regalo con olor a pasado
o una carta con palabras borradas.
Miro, busco, toco, llamo,
el todo es tan enorme
y hay tanto para decir
aunque todo es relativo.
Las excusas no me salen,
las palabras escapan,
como su espalda a la mañana,
el tiempo es el que pasa.
En estas letras puede estar,
mi pulso se pone de atar,
ya no escucho el silencio,
me pierdo clamando sintonía.
Uno de estos días me animo
y salgo a cantar,
en una plaza andará leyendo
o en el tren rumbo a Retiro.

martes, 28 de febrero de 2017

La espera

Parecía una caricia con alma de chocolate. Dulce en su melancolía, triste con esa sonrisa, perdida en el misterio de su piel blanca como la nieve. Se volaba todo el tiempo en anécdotas que nunca habían ocurrido y solía contar sus sueños a cada persona se cruzara en la mañana. Por las tardes tomaba te de canela y lo extrañaba. Siempre lo extrañaba.
Había partido hacía cuatro años, seis meses y nueve días. Recordaba esa tarde de otoño por el color del paisaje, el sweater que tenía puesto y el sabor a angustia en la boca. La última imagen que tenía de él era su espalda perdiéndose en el horizonte de esa plaza y el futuro que se le venía. Ella era pasado. La amargura se le dibujaba en la cara al recordarlo pero no podía olvidarse de nada. Ahora esperaba las noches para tomarse una pastilla e irse a dormir, a la espera de algún sueño para contar a la otra mañana. 
Se sabía hermosa, agradable, incluso graciosa cuando se lo proponía. Era interesante, intrigante, cuando cantaba cautivaba a todos sus oyentes. Sus alumnos se desvivían por ella y hacía el amor como las diosas. Era, en otras palabras, el deseo de la mayor parte de las personas que la rodeaban. 
Ella lo sabía.
Y sin embargo ahí estaba. Mintiendo con una sonrisa falsa a la ventana de su casa. Contando los días para saber nada. Era eso, se había convertido en eso. La búsqueda de la espera porque otra cosa no sabía hacer. 

jueves, 23 de febrero de 2017

Y un día

Y un día nos volvimos a cruzar,
el calor derretía el silencio,
tus ojos en frente mío,
tus secretos también.
Había tanto para decir,
todo tan intrascendente,
una palabra no sirve
para llamarte otra vez.
Hoy estabas ahí,
testigo de un adiós no dicho,
pero siempre brillas para mí,
sé que no lo buscas pero déjalo así.
Quizás nos volvamos a cruzar,
para callar otra vez,
o tal vez ser amigos de una buena vez
y reirnos en el pasto también.
Mientras tanto acá están estas letras,
no esperes que no lo haga,
un buen perdedor se ahoga más
y éste ya perdió todo.

martes, 7 de febrero de 2017

El día que murió el Flaco

Es uno de los últimos días de enero. La noche encierra las maravillas de la música entre amigos y esas charlas que parecen perderse en risas y abrazos. Es un instante de perfección. Poesía, diría él. El asado que no fue y la jarra de fernet. 
Pero alguien nombra al Flaco y la nebulosa se para frente a mí. Siguen hablando entre ellos pero no escucho. Estoy pero no estoy. Mi mente viaja unos años al pasado. Viaja como viajan las almas que sienten nostalgia casi las 24 horas del día. Viajan como lo hacen los enamorados, los poetas y los amantes del buen vino. 
Es 8 de febrero de 2012. Las personas caminan de un lado a otro en la terminar de Miramar. La playa no se ve pero se huele. Hay un café en las manos que todavía no inicio. Ella me habla de Mar del Plata y alguna cuestión así. Quizás después me arrepiente de no escucharla pero la mirada solo puede estar en la televisión. Un periodista habla sobre una placa roja y dice, informa, que se murió Spinetta. Unos días antes se había hablado sobre su estado de salud. Ahora lo recuerdan músicos y conocidos. O eso parece porque la televisión está en silencio y no hay chance alguna que consiga quién pueda subir el volumen. Pienso, al mismo tiempo, que de nada importaría. 
Murió rodeado de sus familiares. Tuvo una obra inmensa. Lo recuerdan colegas de todo el país. Tocó con tal y con tal. 
Todas frases que ya imagino y deduzco. Obvias pero no menos ciertas. Si me dijeran que en ese momento flotaba quizás lo creía. Como por arte de magia varias canciones se me vienen a la mente. Dicen que ese es el mejor recuerdo que un músico puede dejar: Su obra en la gente. 
Es una mezcla de cierta lágrima que no quiere salir y un poco de mal humor. El sol ya no me parece tan bello como un rato antes. 
Ella me sigue hablando, ahora más pausada. Se da cuenta. Sabe que en algo me, nos, afecta. Su caricia me parece perfecta. No tiene que haber nada más. No tiene que existir otra cosa. Pienso que debería aprender a volar. Es un momento crucial y al mismo tiempo pasajero. 
Solo es eso.
Un momento.
Pero sin embargo me duele. 
Pienso y reflexiono. Lo digo en voz alta.
En realidad somos un momento.
Y somos lo que dejamos. 

martes, 31 de enero de 2017

Nunca Nunca

¿Nunca deseaste con todas tus ganas que alguien te dirija la palabra?
No
¿Nunca escuchaste una canción tantas veces seguidas como para dejar todo lo demás?
No
¿Nunca sentiste piel de gallina por el roce con esa persona?
No
¿Nunca te preguntaste de dónde salen expresiones como esa?
No
¿Nunca te quedaste mirando el sol hasta que las lágrimas florecieron en tus ojos?
No
¿Nunca buscaste su mirada con la tuya solo para detener el tiempo?
No
¿Nunca reuniste a todos tus amigos para decirles lo mucho que los valoras?
No
¿Nunca te cansaste de decir nunca?
No
¿Nunca te aburrió escuchar a alguien?
Eso quizás sí.

sábado, 28 de enero de 2017

No saber vivir

Las estrellas fugaces se ahogan en este mar de mierda,
es la vida que se asoma por delante con sus redes,
repletas de sabores y de arañas,
buscando testigos que llamen a cantar baladas de rock and roll.
Nadan sin cansarse porque no conocen el no,
desconocen la soledad de una triste poesía de medianoche,
ignoran otro quehacer mas que nadar,
contestan a sus preguntas con llamadas al amanecer.
Y vuelven a comenzar la jornada, vuelven a su rutina,
otra vez la garganta cerrada y la desesperación en los dedos,
la nariz tapada y los ojos mojados,
la sangre revuelta en entrañas y tímpanos.
Por no saber vivir solo sienten la amargura,
otro día se incendia en el calendario,
otra noche golpea a la puerta,
y se siguen ahogando, se infestan del mar, patalean.
Quieren nacer, una oportunidad,
la súplica por un final feliz, por un maldito feliz,
pero esa no es la trampa del mar,
por eso se ahogan y sumergen en el fondo tenebroso.

lunes, 9 de enero de 2017

8 de enero

Eran dos almas que erraban por la vida cuando se encontraron aquella vez. Después lo seguirían siendo. El ocho de enero golpeaba en el sol de una tarde sin nubes. Él la miraba con sus ojos y con su piel. Ella sentía esa mirada en el cabello y en las jóvenes y temblantes piernas. Se apoyaron sobre las sábanas perdidos en el espacio entre sus miradas, vergonzosos, silenciosos, hambrientos de caricias. Él sentía su aliento en la frente, lo deseaba. Tenía la obligación de decir algo o de hacer algo, dar un paso, acercarse, caminar hacia su ombligo, fotografiar esa cara sonrojada. No podía hacer nada. Era Fantasy frente a él.
Y ella...ella solo lo miraba, lo observaba, lo esperaba. No podía hacer nada con sus años ni con su falta de cariño. ¿Duraría un instante? ¿Sería en el futuro un recuerdo con sabor a mate recién hecho? Se decía a sí misma que no debía pensar en esas cosas. Pero algo tenía que hacer porque su cuerpo no se movía. 
Los minutos se pasaban en la humedad del ambiente. Podía irse la oportunidad pensaba él, O podía irse ella que era peor. O podían irse ambos y perder los días venideros. Quería apretarla y besarla. Quería tomarle las manos que las adivinaba frías como el ártico. La poesía estaba en el aire pero él apenas la notaba. Ella buscaba el sentido de esa escena metáfora. 
Y mientras se miraban, se callaban, se desnudaban los ojos. 
Se acercaban lentamente. Había llegado el momento de cortar con tanto suspiro.
- ¿Querés?- amagó él. Pero no tenía que ser así.
- ¿Puedo besarte?
Ella quería ayudarlo pero comprendía. Lo admiraba. Lo entendía. 
- Quiero- Era la única palabra que podía salir de boca de ella. 

Comenzaron a amarse un buen rato después de eso. Lo que sucediera aparte sería anecdótico.