lunes, 19 de noviembre de 2012

Tengo mucha bronca y se que está mal, pero no puedo evitarlo. Son esos sentimientos que se acumulan, que se juntan, que llenan el vaso, que explotan en algún momento y ese momento es ahora. Meses de pensar, de hacer silencio, de bancarla, de "bancársela", de respetar, de escuchar críticas, etc, etc y más etc. Pero todo tiene un límite y ya no entiendo por qué siempre tengo que hacer las cosas como los demás quieren.
Lo increíble es que mi mismo argumento es el que escucho del otro lado. Pero durante meses hice silencio, entendí, supe que tenía que esperar, porque de alguna manera me lo había ganado, era el castigo que me tocaba: Esperar. Pero a mi nadie me espera y eso desgasta.
Las mismas cosas de los otros en mi ya son sinónimo de pecado, nada me motiva, nada me alienta; porque las personas con las que solía compartir todo ya no están. Ya no estas y nada tiene sentido. Una piedra en el camino más que un hombro de ayuda.
Tengo mucha bronca y tengo miedo que es mucho peor. Tengo miedo que esa bronca se convierta en odio, por la acumulación de dolor. No se que puede pasar, no se que puedo hacer, no se que tengo que hacer.