te miro sonrojada,
molesta,
aburrida de una tarde
azul;
comprendo
cada lunar de tu piel,
cómo respiras
y esos susurros;
porque te miro,
te contemplo,
podría hacerlo siempre
para siempre;
te miro aliviada,
desarmada,
misteriosa,
un templo en tu sexo;
y te miro,
es eterno,
te miro mirar
por la ventana madrugar;
te miro cantar,
suave, delicada,
pájaros bailan
con el rocío de tu mirar;
te miro,
ahora entiendo,
no dibujas la sonrisa,
mas la veo en tu mirar.
