martes, 26 de abril de 2016

Vivan corriendo

Vivan corriendo por el frio de estos días, de este otoño en los días, de este julio que se mete, que se cuela por lo hondo de la piel, que se no achica con la sangre caliente ni con el abrigo del abrazo que para siempre queremos vivir. Vivan corriendo de los días en que el sol no saluda, no aparece en las nubes, no asoma hacia el horizonte, con el norte y el oeste, con la clara de la madrugada, con la nostalgia de la tarde, con la música de los rayos, con la energía de ese amarillo naranja resplandor de nuestra vida.
Vivan corriendo de los días del invierno, de las noches de este frío, del viento que trae la sudestada y el dolor, de la indiferencia de los señores, de la máscaras de los diarios, de la injusticia de la calle y el olvido en las tripas. Vivan corriendo de los acordes de dramatismo, del silencio que arruina, del temor que no se diga, del miedo a que lo digan, del reproche y el rechazo, de la censura y la violencia.
Vivan corriendo de los golpes a la memoria, del frasco vacío, de las ideas manoseadas, de la escuela encarcelada, de la opresión del que domina, del látigo del que castiga, del poder del que controla, de las mentes achicadas y la codicia enlatada. Vivan corriendo del sentir lástima por el tirado pero nunca parar a por él, de la envidia vendida en las imágenes, del consumismo vendido en envase y la tristeza diseñada para necesitar.
Vivan corriendo del poder, del querer, del desear y el necesitar. Vivan corriendo de la ciudad, hacia la naturaleza, hacia el cielo. Vivan corriendo y cantando y saltando y soñando y amando y gritando y abrazando y dibujando y lo que quieran hacia adelante, hacia el otro, hacia febo, hacia el idilio de una ronda compartida.
Vivan corriendo juntando gente, no en bolsas para vender, sino en techos para defender. Vivan corriendo de la pereza y vayan hacia la lucha, hacia la justicia, hacia la paz.

domingo, 10 de abril de 2016

Papel

Un papelito usado, manoseado, tirado a la basura, pisado y vuelvo a usar; un papelito lanzado al aire.
Un papel de esos que se arrugan, que se estrujan, que se hacen un bollo y se tiran a la basura con el poco valor que tiene.
Un papelito roto, agujereado, bastardeado, casi sin colores y oliendo a viejo y rancio.
Un papel que guarda algo de aire y se ahoga en una pena sin alcohol, tiembla en la ausencia, ruge en el olvido,
clama en la indiferencia de los días que eran de ellos.
Un cruel papel que recuerda, que fue colgado en una pared de recuerdos y anécdotas,
que no se puede quitar ni borrar ni tachar ni arrancar ni robar ni reemplazar.
Un papel que cubría, abrazaba, protegía, gustaba, besaba pero no pudo ser lo que debía,
no estuvo a la altura, no pudo estar cerca ni conformar, ni saciar ni liberar.
Un pequeño papelito, casi nada, deshecho, desalineado, desmembrado, despedazado y desplazado.
Un simple papel.