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Hoy marcho,
por las abuelas,
por las madres,
por los Hijos,
por ellos y ellas
que andan por ahí.
Se los busca,
se los extraña.
Hoy marcho con alegría,
que aquí se baile siempre.
Hoy marcho porque la plaza,
esa plaza,
es nuestra, no de ellos.
Hoy marcho por un cuento
de un elefante que ocupaba espacio.
Hoy marcho porque los dinosaurios
van a desaparecer.
Hoy marcho porque
tengo memoria.
Porque aquí nadie se olvida.
Marcho porque pido verdad,
la que libera,
la que debe triunfar.
Hoy marcho porque exijo justicia, la terrenal,
la que no puede demorarse más.
Hoy marcho porque este es el día
en que todo se resignifica,
lo dimensionamos y
por eso gritamos.
Hoy marcho por la esperanza,
tantos niños y niñas.
Hoy marcho con el dolor de ayer,
con el destrato de hoy.
Hoy marcho porque somos
la generación que no lo vio
pero que entendió
y por eso no quiere verlo venir.
Hoy marcho una vez,
treinta mil veces.
Porque son treinta mil
y porque siempre,
pero siempre,
diremos
Nunca Más. 

dime

dime
quien
te
ha
soltado
esos
besos
que
por
estos
días
andas
extrañando.

dime,
porque
resulta
que
quizás
ese
alguien
haya
sido
yo,
ayer

Cartas

me escribieron unas cartas
que me hablaron directo
al alma
al café de todas las mañanas,
a la rutina de tizas y papeles;
pero vos no sabes la carta
que me han escrito,
se me metió en el pecho,
en las entrañas,
en la cabeza
y en las pupilas;
pero vos no conoces esa carta,
es mía
para siempre
para todos los días,
para la calle
para otro libro,
para siempre
de vuelta.