Quítame la cruz
si puedes hacerlo.
Hazme soltar la carga
que apena mis espaldas.
Quítame la cruz
no llego a medianoche.
Suelta mi cordura
la piel y su atadura.
Quítame la cruz
seca mis lágrimas apagadas.
Rompe mis ataduras
la sangre no perdura.
Quítame la cruz
aguántame en tus manos.
Amarga la piel
como bebe el edén.
Quítame la cruz
no me asustes de rehén.
Y si piensas en mi cien
no me sientas otra vez.
No estuvo mal la historia,
la historia escrita hasta ayer;
Está mal que se haya terminado
la tinta
las hojas
el tiempo.
Culpa de un escritor fracasado,
dolor de un docente aplastado,
¿Dónde vuelve a escribirse?
Si acaso las tintas
mojasen la pluma una vez más,
aún estas líneas
vomitan dolor y vergüenza,
no se animan al adiós.
Oh Dios. No quiero ni debo
rezarte por olvido o penitencia,
sí debo pedirte
que no se olvide el cuento.
