jueves, 14 de febrero de 2013

Y si nos vamos todos

Hoy estaba pensando, mientras me levantaba, si el papa renunció, si el papa se las tomó, ¿Por qué no nos vamos todos?
Es decir, ya fue podría pensar, renunciemos a todo. Vayamos a la mierda y que lo demás nos importe muy poco, porque empezamos a mirarnos a nosotros mismos. No me interesa la religión ahora pero vayámonos todos a la mierda, así no más, sin pensar mucho, viajemos, tomemos, caminemos sin parar. Contemos hasta tres y así, todos juntos, salgamos corriendo, a lo Forrest Gump, hasta que nos cansemos o hasta que encontremos otra cosa mejor que hacer.
Eso sí, nunca pero nunca miraríamos hacia atrás. Sólo pondríamos la vista sobre el horizonte, tan lejano y cercano a la vez, con los compañeros al lado y una botella de agua. ¿Por qué no podríamos hacer algo así? Algunos correrían como velocistas olímpicos, otros trotarían, otros marcharían pero ¡qué lindo!.
Ojalá cada uno pudiese hacer lo que se le cante en el orto, pero todo el tiempo. No solamente, como yo, unos minutos a la mañana cuando te decidís a escribir una pelotudes galopante sobre un tema relacionado con una noticia mientras esperas que vengan a desayunar con vos.
Algún día, quizás, podremos salir todos juntos a correr hasta que nos crezca la barba. Quizás ese día ocurra cuando simplemente nos animemos. Y tengamos el valor, claro está, porque hay que correr bastante tiempo por el camino y eso, lamentablemente, no es para cualquiera.
Salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Acompaña mi camino