sábado, 28 de septiembre de 2013

Más que nunca

Hoy leí sobre persecución política en San Fernando y me puse a pensar en las veces que perseguimos nuestros propios sentimientos, cuando estos ya se fueron, se volaron y no vuelve. También me puse a pensar en todo lo contrario, en las veces que escapamos de nuestros sentimientos, en las veces que no nos queremos dar cuenta de las cosas y así estamos. Intentamos mirar para otro lado, excusarnos, tratar de inventar algún enojo o bronca para poder correr de ese amor que se vuelve inevitable.
Hoy pienso que te extraño más que nunca, y no es solo una frase bonita. Ya no puedo escaparme a eso, ya no puedo inventar alguna excusa que intente justificar mi actitud. No puedo imaginarme caminando solo estos días que se vuelven aburridos, quietos, oscuros...
¿Se puede correr? ¿Se puede escapar a los sentimientos? Después de tanto tiempo ya no puedo enterrarlo más, porque no encuentro manera y he tratado de mil maneras diferentes. Cada noche, cada espera en el desierto que es mi alma, he odiado de una manera increíble pero a la mañana siguiente como si una magia invisible invadiera mi cuerpo vuelvo a amar, a sonreir pensándote y me esperanzo en nosotros, en la vibración que supimos tener en nuestra piel en un recuerdo no tan lejano.
Una vez alguien me dijo que para poder ver algunos sentimientos en el mar de nuestro corazón, necesitamos enterrar otros. Y quizás es eso lo que me está faltando. ¡Qué increíble como algunas personas y recuerdos vuelven en momentos inesperados!
Todavía tengo que pedir perdón, sobre todo a ese ser que no logra llegar a la paz. Al alma más pura que he conocido, tengo que pedirme perdón a mi mismo y tampoco de eso tengo que escapar. Es que ya se que de los sentimientos no se puede escapar y tampoco sirve siempre perseguirlos. Hay que vivirlos, hay que aceptarlos, tenerlos, conservarlos, disfrutarlos y volverlos a vivir.
Te extraño y te amo más que nunca.

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