jueves, 24 de octubre de 2013

Nunca más voy a soñarte

Odio necesitarte tanto en este momento, cuando parece que todo se acaba y todo se apaga. Odio tanto no poder decirte todo en la cara y alejarte definitivamente de mi vida. Es que pareciera que Dios te ha elegido para mi y no puedo hacer nada contra eso. Pero es que todo esto, en cierto punto, comenzó con vos, con tus palabras y tus hechos. Esas imágenes y esa sonrisa tímida que vuelven una y otra vez a mis recuerdos, como si quisieran decirme algo. 
Cada paso que quiera dar con vos es sentir que tengo que volver a lo que era antes. No puedo sanar esa herida querida mía. Es casi inútil tratar de esquivar eso. Solo quisiera enfrentarte cara a cara y poder preguntarte: ¿Por qué? ¿Por qué fue así? ¿Por qué la verdad no pudo triunfar entre nosotros? Solo quería ser el que supiera todos tus secretos y terminé siendo víctima de estos. Tengo tantas ganas de odiarte pero me resulta imposible hacerlo. Tengo tantas ganas de tomarte con mis ganas y buscar en tu mirada una respuesta, decirte todo y marcharme lejos. Pero cada vez que lo intento solo logro morirme de ganas de besarte. Y caigo en la tentación de tus labios y en ese mar de pasión me pierdo. Y vuelvo a casa odiándome a mí por no haberlo logrado. Y vuelvo a empezar, una y otra vez con la esperanza de lograrlo, de hacerte sentir lo que sentí. Pero no puedo y me odio por eso.
Es que una parte de mi corazón también recuerda tus lágrimas, tus gritos desesperados pidiéndome perdón. ¿Pero es que quizás necesito que una vez más te pongas así? ¿Cómo puede ser que haya sido un detective buscando secretos de tus noches pasadas?
Ya me cansé de odiar, también de amar y más aún de perdonar. No puedo caminar más de esta manera, pero tampoco se cómo puedo cambiar. No se qué paso tengo que dar para poder estar bien de una vez por todas, y no es que intente ser un joven con tendencia suicida pero qué difícil se hace todo cuando no estas. O peor, cuando estas pero no. 
Nunca voy a poder olvidar todo, nunca voy a poder olvidarme de mi mismo. De las caras, de las tímidas sonrisas, de las mentiras y esos besos que parecen falsos en el recuerdo del ayer. Nunca voy a imaginarme de nuevo así y nunca más voy a soñarte. Es que ya no quiero esperar nada de vos, ni de tus manos ni de tus acciones. No quiero ilusiones ni sueños compartidos. Sólo quiero intentar olvidarte aunque imposible es. Solo quiero, entonces, intentar sanar aunque ni una pregunta me hagas. Aunque parezca que solo por placer estas acá. Aunque ya me canse de escuchar que conmigo no quieres jugar aunque tus sentimientos parecen decir lo contrario.
Un corazón, hoy el mío, está ya derretido y herido en tus manos. No parece que pueda cambiar pero si sabe dónde está cómodo. Y aunque me duele en el alma es en tus brazos donde mejor suelo dormir. Es tu olor el mejor aroma para mí. Es tu sabor, en esos besos infinitos, el mejor manjar. Y es tu camino el que parece ahora ser también el mío.
Te odio...Porque no puedo odiarte.

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