me escribieron unas cartas
que me hablaron directo
al alma
al café de todas las mañanas,
a la rutina de tizas y papeles;
pero vos no sabes la carta
que me han escrito,
se me metió en el pecho,
en las entrañas,
en la cabeza
y en las pupilas;
pero vos no conoces esa carta,
es mía
para siempre
para todos los días,
para la calle
para otro libro,
para siempre
de vuelta.
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