Pero nunca hago nada con eso, nunca lo pasó al papel, jamás. Suelo imaginar y recrear el ambiente y el universo en donde transcurre su historia.
Las historias no suelen terminar porque uno se cruza con otra personas y ahí nace otra historia. Es una constante en el transcurso de los días. Como mi fascinación por hablar de caminos o escribir poesía barata.
Las historias no suelen terminar porque uno se cruza con otra personas y ahí nace otra historia. Es una constante en el transcurso de los días. Como mi fascinación por hablar de caminos o escribir poesía barata.
Las creaciones están en la calle y en las estaciones del tren. En ese cóctel de historias que abundan en cualquier ciudad o pueblo. El periodista, como mi caso, busca esa historia porque siente que merece ser contada. Porque vale la pena que alguien se la cuente a otro. Que se convierta en una leyenda o en una anécdota popular.
Si me ves por la calle lo más probable es que veas que estoy como medio distraído. Seguramente estaré pensándote una historia. También un pasado, un ambiente, un romance y una pena. Y si no estaré haciéndolo con el que está al lado tuyo.
También puede ser que ya te conozca o que ya te haya cruzado algún día. En ese caso, lo más probable, es que ya tenga imaginado algo sobre vos.
Con esa motivación en las calles, alguien como yo busca la manera de seguir buscando historias. No solamente imaginarlas. Encontrarlas, conocerlas, sufrirlas, amarlas, saborearlas, escribirlas, publicarlas. Es el destino, si es que existe, de alguien como yo.
También puede ser que ya te conozca o que ya te haya cruzado algún día. En ese caso, lo más probable, es que ya tenga imaginado algo sobre vos.
Con esa motivación en las calles, alguien como yo busca la manera de seguir buscando historias. No solamente imaginarlas. Encontrarlas, conocerlas, sufrirlas, amarlas, saborearlas, escribirlas, publicarlas. Es el destino, si es que existe, de alguien como yo.
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