jueves, 23 de febrero de 2012

Si ando buscando un poco de relajación, mi buena amiga Regina Spektor me acompaña siempre en las buenas y en las malas. Es un trio de locas lindas que forma con Norah Jones y Tracy Chapman, para noches como estas, las mejores.
Pensando en ellas pensé en la música y pensando en la música pensé en las mujeres. Pero no pensé en Ella sino en ella. Y no me molesta hacerlo, ni en noches como esta. Pensaba un poco en el amor y en las mujeres, en lo un hombre busca de una mujer, en lo que un hombre en la vida.
Resulta que varios de estos temas me hacen acordar a alguien muy especial, así que escucharlos es sentir una cadena interminable de sensaciones. ¿Qué puedo hacer? Siempre fui así. Vienen muchas notas musicales y muchos colores a mi cabeza; pero vienen también recuerdos y promesas, juegos que no debí jugar pero quise hacerlo igual. Pero todavía no me quemé, no profundamente, así que no puedo dejar el vicio, el juego, la sensación, la adicción...
Pienso en alguien que pueda algún dia volarme la cabeza, pienso en alguien que algún día pueda pertenecerle. Pienso en alguien, pienso en varias personas, pienso en vos y pienso en ella.
Pienso en todo lo que puedo hacer, pienso en la justicia y en la pobreza, pienso en el hambre y en los corazones, pienso en mí y pienso en alguien; Pienso en todos y lo pienso todo.
Pero siento nada, y siento vacío. Algo me falta y no es precisamente la droga. Algo me falta y no se si precisamente una compañía.
Quizás es la decisión, el poder de decisión. ¿Llegó el momento? ¿Termina el juego? Momentos culminantes de una historia que quizás ya termine, o quizas tenga una nueva temporada. Pero la decisión ya llega, el cambio también. ¿Será por eso estas noches de Regina?
Algo me falta, algo escasea y todavía no se qué es...Mejor dicho todavía no quiero decir que es. Porque saber lo se, y no está bueno decidir.

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