Hace poco vi un capitulo de Los Simpson (De las últimas temporadas o de la última- La verdad no lo se porque no soy un enamorado de los últimos capítulos que salieron) en donde Bart conocía un chico rico que era igual que él y decidían intercambiarse. Una especie de parodia de aquella vieja película donde saltó a la fama Lindsay Lohan haciendo de dos hermanas gemelas.
Como siempre me causó risa, y me rei bastante pero luego me encontré reflexionando sobre el capítulo. Bart conoce un nuevo mundo de riquezas infinitas pero también las superficialidades de ese mundo; por ende termina descubriendo que es rico no por tener o no plata, sino por la familia que lo acompaña.
Es una trama muy utilizada en la historia del cine y la televisión, sin embargo algo hizo que reflexionara como nunca hago con Los Simpson. Y eso que soy de aquellos que piensa que "Hay un momento de Los Simpson para cada momento de la vida". Calculo que debe haber sido algún chiste en particular, algún comentario de Homero o alguna imagen o escena que hizo recordar mi niñez.
La cuestión es que reflexioné sobre la importancia de la familia. ¿Cuántas veces nos dejamos llevar solo por lo malo y no ponemos también en la balanza lo bueno?
Como creo que le pasó a la mayoría, habrá que aceptarlo o no, varias veces he tenido momentos (Y tengo) en donde no soporto a nadie de mi casa, o pregunto porque algunas cosas se dieron como se dieron. Con el correr de los años, en la transición de mi adolescencia a mi juventud, entendí varias cosas que antes no, porque no las veía o porque no quería verlas.
¿Cuántas veces hemos estado en casa de algún amigo y nos hemos fijado como funciona la familia de él? Siempre parece ser mejor que la nuestra. Con el correr del tiempo, descubrí que cada casa es un mundo, y cada familia también. Descubrí que en busca de cambiar cosas que creía importantes, olvidaba los pilares que me construían como persona.
Siempre mi vieja me delira diciendome "¿Dónde vas a encontrar a otra madre como yo?". Y la verdad es que en ningún lado. Como ningún padre me enseñaría tanto como el mío. Cómo con ningún otra persona tendría las aventuras que tengo con mi hermano.
A veces somos injustos con nosotros mismo, no solo con los demás, porque en definitiva somos nosotros quienes ponemos en la balanza lo que queremos pesar. Pero claro, muchas veces solo ponemos cosas de un lado, generalmente lo malo, y así es imposible no quedarse solo con las miserias de otras personas. Y esas miserias nos hacen conocer a otra persona, amarla.
Me quedo con algo que una vez escuché en mi casa: "Te amo, porque conocés mis miserias y sin embargo me seguís eligiendo". Maravilloso sea el amor.
Elijo a mi familia porque los conozco muy bien, y los amo por eso. Y ellos me aman y bien me conocen también. Podría cambiar un montón de cosas pero ya no serían mi familia, y seguramente yo no sería quien soy.
La verdad no se porque reflexioné esto, fue un rato de inspiración antes de comer ñoquis como todos los 29 (Como amo que esa tradición se cumpla en mi casa) mientras miraba Los Simpson. Un rato hermoso, ¡grande Dios!, que deseo de corazón todos tengan y puedan ver, como yo, que la familia de cada uno es única y al mismo tiempo la mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Acompaña mi camino