Ella se entregó a él en cuerpo y alma. Él la esperó con brazos abiertos y su corazón explotó.
-Oh Dios!, que maravilla. Cuánta femeneidad en un solo ser.
Hermosa, bonita, linda, bella, seductora, excitante, increíble, preciosa; deseo y miedo explotando.
-Oh Dios!, no me separes.
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