Las calles de la vida nos llevan a cualquier parte, donde uno nunca imaginó llegar o a donde siempre quisimos estar. Las calles de la vida te llevan a lo impensado, es asi la vida. No se puede evitar, no se detener.
Cuando tenía 6 o 7 años, imaginaba mi futuro como una enorme prolongación de la escuela donde mis compañeritos y compañeritas iban a seguir a mi lado. Hoy puedo, debo, decir que fue al revés; la mayoría de ellos no están, cada vez menos ecos me llegan de sus vidas.
Cuando vi Philadelphia por primera vez, me impacté tanto que casi lloro. La idea de ser seres que caminamos por la vida como personas en la calle es algo que me encantó. Además, esto de volver siempre al primer lugar, al primer hogar, al primer amor. "La infancia es la vida de un hombre", porque siempre volvés ahí, todos tus recuerdos siempre te traerán, de alguna manera u otra, a la infancia. Y ese primer hogar, ese primer amor. Veo las calles de mi barrio, mi colegio donde pase 14 años de mi vida, veo las calles de Tigre y San Fernando; y realmente veo mi vida, mis recuerdos, las personas, mi familia...
Cuando camino por estas calles, creo que me siento como el protagonista de la película, caminando por mi vida. Donde veo encuentro un recuerdo, bueno o malo, pero siempre donde miro me transporta a algún lugar. Las calles de Philadelphia son eso, las calles de mi barrio.
Tenía amigos y los perdí, tenía amigos y aún los tengo. Conocí gente y luego esa gente desapareció. Elegí cambiar mi vida alguna vez, pero alguna vez me cambió sin preguntar. Lloré sin parar, y después decidí no volver a hacerlo. Reí y conocí gente maravillosa, soñé, bailé, canté, me humillaron, molesté gente, traicioné y me traicionaron, soy humano y esa es mi vida. Cuando camino por estas calles, por estos rincocitos de luz, esos recuerdos me vienen al corazón. A veces pienso que toda mi vida siempre camine por estas calles, y cuando me vaya dejaré de hacerlo. No se adónde voy, solo se por dónde voy; porque en cada instante de mi vida guardo los detalles, las personas, los hechos. Siempre lo hice, no se porqué, pero creo que a todos nos pasa. Por eso alguna canción, una comida o un color, nos hace acordar a algo o a alguien.
Cuando camino por las calles de mi vida, siempre se que tengo adonde ir. La vida es asi, Dios es así: Nunca habrá dónde no ir. Siempre hay donde ir, siempre hay un camino, siempre hay una salida.
Cuando camino por las calles de mi barrio, extraño muchas cosas, pienso en otras, sueño con otras pero me pregunto ¿Qué ocurrirá cuando ellas tengan que recordarme a mi?
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