lunes, 28 de junio de 2010

Itaca

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni al colérico posidón,
no hallarás tales seres en tu camino,
si tu pensar es elevado,
si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Posidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no es tú alma quien ante ti los pone.
Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
nacar y coral, ámbar y ébano
perfumes deliciosos y diversos,
invierte cuanto puedas en perfumes voluptuosos y delicados.
Visita muchas ciudades egipcias
y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y a tú vejez arribes a la isla,
enriquecido con cuanto hayas ganado en el camino
sin esperar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.

2 comentarios:

  1. Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca,

    ruega que tu camino sea largo

    y rico en aventuras y descubrimientos.

    No temas a lestrigones, a cíclopes o al fiero Poseidón;

    no los encontrarás en tu camino

    si mantienes en alto tu ideal,

    si tu cuerpo y alma se conservan puros.

    Nunca verás los lestrigones, los cíclopes o a Poseidón

    si de ti no provienen,

    si tu alma no los imagina.

    Ruega que tu camino sea largo,

    que sean muchas las mañanas de verano,

    cuando, con placer, llegues a puertos

    que descubras por vez primera.

    Ancla en mercados fenicios y compra cosas bellas:

    madreperla, coral, ámbar, ébano

    y voluptuosos perfumes de todas clases.

    Compra todos los aromas sensuales que puedas;

    ve a las ciudades egipcias y aprende de los sabios.

    Siempre ten a Ítaca en tu mente;

    llegar allí es tu meta; pero no apresures el viaje.

    Es mejor que dure mucho,

    mejor anclar cuando estés viejo.

    Pleno con la experiencia del viaje

    no esperes la riqueza de Ítaca.

    Ítaca te ha dado un bello viaje.

    Sin ella nunca lo hubieras emprendido;

    pero no tiene más que ofrecerte,

    y si la encuentras pobre, Ítaca no te defraudó.

    Con la sabiduría ganada, con tanta experiencia,

    habrás comprendido lo que las ítacas significan.

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  2. http://blogs.clarin.com/dr-fernet/

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