martes, 31 de mayo de 2016

Sudestada

Cuando el río sube no hay tiempo para nada. Porque rápida es la naturaleza cuando tiene que cumplir con sus fuerzas y sus leyes. Y porque rápido se mueve el agua que se mete por la paredes, por las grietas, por los cartones, las chapas y hasta por el techo.
El viento del sudeste es el que eleva las alturas del río y los habitantes del barrio San José en San Fernando lo saben mejor que nadie. Sube la marea y no hay tiempo de nada. De salvar algunas cosas o de prepararse o de pedir ayuda. Para lo que siempre hay tiempo es para escuchar promesas de viviendas porque la sudestada en barro se sufre peor. 
El miedo es respeto y el respeto se confunde con miedo, se abrazan y tiemblan a la par porque flotan juntos en el río. Flota la basura, la ropa, los electrodomésticos y todo lo que pueda. Se reza para que corten la luz. 
Los vecinos tienen una calle sin cartel. Una que nadie vino a nombrar. Y alguien propone, como símbolo de respeto y miedo, como una ofrenda al dios de las mareas, llamarla Sudestada. 

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