Por un lado o por el otro comienzan a llegar. Llegan las agrupaciones sociales. Llegan las ONSG y llegan las parroquias. Llegan los bombos. Llegan profesores y estudiantes, con cuadernos y libros en sus manos, con las mochilas llenas de sueños. Llegan mujeres de todos lados. Llegan periodistas porque no pueden no verlo. Llegan banderas políticas de todos los colores. Llegan mensajes de todas partes. Llegan trabajadores, médicos, abogados, arquitectos, ingenieros, llegan las ganas de luchar, también llegan los artistas. Llega la música. Llegan hombres que dicen ya no más. Llegan las familias y también las maestras. Llegan las fotos de las que no van a llegar porque las fueron. Llegan las adolescentes cantando y gritando, y sus amigos varones llegan a su lado sonriendo y levantando pancartas. Llegan las madres, las hermanas, las tías, las abuelas, las novias, las compañeras de trabajo. Llega el mensaje, que llegue a más lados. Llega la gente. Llega el pueblo. Llega el reclamo, llega el ansia de libertad. Llegan las ganas de justicia. Llegan las palabras que no se decían. Llegan las voces. Llegan y llegan y llegan. Llegan y copan las calles. Llegan y copan la plaza. Llegan y se siente. Llegan y que se haga sentir. Llegan y no van a callar.
Llegan y gritan: Ni Una Menos.
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