- Mira Ludmila, si te vas a dejar comer siempre por las sombras ya te volves responsable. Estamos hechos de sueños, no solo de olor a bosta.
Pero para ella había cosas que tenías sentido. Las frases que escuchaba de Rodrigo menos que menos. Él no la entendía pero tampoco sabía. No sabía porque ella no decía.
Crecieron juntos pero se alejaron demasiado.
Un día se volvieron a mirar y no se reconocieron.
No decir había sido muy caro, aunque quizás no lo lamentara. No entender era un pecado terrible que no merecía intento de solución.
A esa altura solo se encontraban en la piel pero no en el sudor.
La última vez que cenaron juntos hablaron de cosas menores sin cruzar sus miradas ni una vez.
Ya era tarde.
Estaba todo liquidado.
Si hubieran dicho y entendido...Si solo se hubiese animado.
Ahora venía el tiempo del olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Acompaña mi camino