y se te escapa.
Volves a perseguirla,
pero otra vez se escapa.
Cuando se acelera,
ella vuela.
Cuando se vuela,
ella baila como la luz.
Pero siempre la ves,
nunca la podés dominar.
Siempre está ahí,
y a la vez siempre corre.
No se mueve,
no se detiene.
Es un poco de arena entre los dedos.
Es agua que cae en gotas.
Una brisa de febrero que apenas se disfruta,
un día de una mariposa.
Sabe escurrirse porque sabe decirse
que ya le dijiste que siempre la quisiste.
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